jueves, 23 de noviembre de 2017

Del testimonio a la confesión

Griffin Dunne se estrena como documentalista con Joan Didion: el centro cederá (2017), que puede verse a través de Netflix desde hace algunas semanas. Mejor conocido por su trabajo como actor (ha colaborado con cineastas como John Landis -en la palomera pero efectiva Un hombre lobo americano en Londres, de 1981- pero también para Martin Scorsese, en la excelente comedia Después de hora, de 1985), ahora, en su incursión en el documental, juega a su favor el hecho de tener un acceso privilegiado al sujeto que observa: es sobrino de Didion. Sólo así se explica cómo el documental esquiva el tono clínicamente informativo de alguna producción de la BBC o la PBS. ¿No son raros los documentales sobre escritores o intelectuales que son auténticamente interesantes? Dunne no sólo hace un recorrido por la obra de Didion, ofrece vistazos intimistas a su vida que engarzan, y a menudo explican, su trabajo.

Pero como ocurrió en la carrera de la autora californiana (oriunda de Sacramento, donde nació en 1934) también el documental se escinde a partir de un suceso: Didion, a pesar de su esfuerzo por ser un testigo histórico (aunque tiene cinco novelas, su cuerpo de obra está conformado por sus libros de periodismo y crónica, once en total) tuvo que explorarse a sí misma pues le pasó algo. Se trata de una especie de trágico giro copernicano para quien ha creado una obra literaria a partir de observar a los demás.

Aunque se desarrolla en un lapso breve (apenas superando la hora y media) el documental de Dunne parece tomarse su tiempo con los primeros libros de Didion, subrayando su papel como escritora-testigo. Da cuenta de sus orígenes, sus inicios en el mundo editorial (comenzó escribiendo para Vogue), su matrimonio con John Gregory Dunne (quien le ayudó a editar su primera novela, Run River, de 1963), su primer libro de no ficción, una colección de crónicas sobre sus experiencias en California (Slouching Towards Bethlehem, 1968) que, como su libro siguiente (The White Album, 1979), puso especial atención a los movimientos de contracultura. El documental también le presta atención a su incursión en el reportaje de guerra (Salvador, 1983), al periodismo político que desarrolló y al breve periodo en el que escribió (con su marido) para Hollywood (el guion para Pánico en Needle Park, de 1971, entre otras).

También es cerca del inicio del documental (tras ver algunos videos y fotografías de archivo) que presenciamos la primera entrevista reciente con Didion: y no sólo es la apariencia frágil, propia de su edad (en diciembre cumplirá 83 años), sino su charla inquietante lo que nos recuerda que esta escritora en particular ha sobrevivido a sus seres queridos. Discutiendo la imagen de las serpientes en sus primeras obras pero también en su periodo tardío, pregunta Dunne: “Las serpientes aparecen mucho en tu trabajo posterior, ¿fue una imagen inconsciente sobre madurar?” Didion: “Sí, lo fue. Pero las serpientes también aparecieron en mi trabajo posterior porque siempre estaban en mi mente. Tenía que evitarlas”. Y de inmediato, a Dunne: “¿Tú tienes serpientes?”. Y Dunne, tranquilizador: “No, no tengo serpientes. No me gustan las serpientes”. De nuevo Didion: “¿Y cómo supiste, allá en el campo?” “Pues tomaba un rastrillo y las mataba”. “Matar una serpiente no es lo mismo que tener una…”.

Entre 2003 y 2005 Didion perdió a su esposo y a su hija, Quintana. Su libro El año del pensamiento mágico (2006) es una memoria sobre la muerte del primero (y la enfermedad de su hija). Hubo una adaptación del libro al teatro, en 2007 (un monólogo a cargo de la actriz Vanessa Redgrave), en el que Didion expandió el guion para incluir reflexiones subsecuentes sobre la muerte de su hija. Posteriormente, en 2011, Didion publicó Noches azules, una memoria en la que profundizó sobre la muerte Quintana.

El documental de Dunne -que incluye entrevistas con amigos y algunos de sus editores, como el desaparecido Robert B. Silvers (a propósito, vale la pena ver el documental 50 años de rebeldía, de Scorsese)- hace un buen trabajo en mostrar cómo un libro como El año del pensamiento mágico implica no sólo un giro sino un riesgo para quien lo escribe. Un libro así, como también muestra el documental, no expía ni ofrece catarsis: es, en cambio, un duro examen de conciencia. En muchos sentidos, tal vez se trate de la obra más importante de Didion por ser, también, atípica (como Despedida que no cesa de Wolfgang Hermann, se trata de un libro que no surge por inquietudes meramente intelectuales o estéticas, sino vitales). Para los lectores y espectadores que estén interesados en leer otras obras de crónica o periodismo de Didion, Mondadori publicó en nuestra lengua la antología Los que sueñan el sueño dorado, en 2012.



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