En nuestra edición de noviembre podrán leer una crítica sobre este libro. Por ahora diremos, sucintamente, que para el lector mexicano esta es la oportunidad de conocer varios de los relatos dispersos de Selva Almada (se incluyen textos publicados entre 2005 y 2014). Para quien conozca sus novelas (El viento que arrasa y Ladrilleros, ambas publicadas por Mardulce) le dará oportunidad de sumergirse una vez más en esa prosa del interior, en el universo de la provincia argentina, que tan bien ha delineado Almada (en compañía de autores como Hernán Ronsino). Esta colección de relatos puede leerse también como la contraparte ficticia de Chicas muertas, la crónica publicada por Random House Mondadori el año pasado.
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