jueves, 28 de julio de 2016

Moda en Cuba

El 14 de agosto de 2015 la bandera de Estados Unidos se izó en la Habana. Se restablecieron las relaciones diplomáticas entre ambas naciones tras 53 años de embargo. Si bien la nueva relación no lo elimina por completo, el acuerdo que se hizo oficial el verano pasado reduce las restricciones de viaje de ciudadanos estadounidenses a Cuba y restablece los vínculos entre bancos de ambas naciones, entre otras cosas. La aparente libertad de la isla ha atraído no sólo la mirada de gigantes de la industria hotelera sino también del mundo de la moda. La casa Chanel organizó la primera pasarela en la Habana desde 1959. En sus calles, cercadas y vigiladas por policías que mantuvieron a raya a la población, se realizó el evento que mostró la colección Cuba / Cruise 2016-17, inspirada en la apariencia y el ambiente de la isla antes de la revolución.

 

Otra de las firmas internacionales que se alimenta de esta nostalgia prerrevolucionaria es Christian Louboutin, que inspirado en la Cuba de los años cincuenta diseñó el uniforme (para eventos formales) que el equipo olímpico utilizará en las próximas Olimpiadas en Río de Janeiro. Exponer “una visión de cuba” o lo “genuinamente cubano” ha sido la intención manifiesta de ambas marcas, pero, ¿qué es lo “genuinamente cubano”, el pasado? La industria se introduce de manera aislada mirando al pasado sin intención de explorar la Cuba del presente, aparentemente.

 

Esta fiebre que devolvió a la isla a estas marcas inició mucho antes de que se oficializara la apertura, Rihanna fue fotografiada en la isla por Annie Leibovitz para la portada de Vanity Fair, de noviembre de 2015, posando con prendas de Dior, Valentino, Ralph Lauren y calzando Manolo Blahnik. La fiebre fue compartida por revistas como Marie Claire, W y Porter. Todas reprodujeron el escenario cubano tradicional que guarda las joyas arquitectónicas de mediados de los años cincuenta en medio de la pobreza.

 

Algunos medios calificaron el desfile de Chanel  como la «manifestación más extrema del nuevo estatus de moda que ha adoptado Cuba», pero ¿existía un estatus de moda antes del restablecimiento de las relaciones diplomáticas?

 

Hasta ahora estos eventos aislados, que han mantenido al margen a la población, no modifican en nada la poca o nula industria de la moda en el país. Los cubanos seguirán comprando ropa importada de Ecuador o Panamá vendida por particulares de forma ilegal, que también comercializan con zapatos y lencería, comprarán prendas que se ofrecen en tiendas estatales o ropa reciclada, opciones asequibles  debido a su salario y al sistema económico que se mantiene en la isla.

 



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