lunes, 13 de marzo de 2017

WOHA ARCHITECTS: ENTREVISTA

Frente al desgaste del “discurso verde”, tan explotado por el léxico mercantilista, Woha Architects propone soluciones atractivas para la inversión y el turismo que al mismo tiempo resuelven problemas de alta densidad poblacional y falta de espacios verdes. Conversamos con Wong Mun Summ y Richard Hassell, fundadores de la firma asiática, que estuvieron en la Ciudad de México para inaugurar la exposición Garden City Mega City, como parte del programa de Mextrópoli 2017. La muestra en el Museo de la Ciudad permanecerá abierta hasta el 17 de abril.

 

WOHA se describe como un despacho de «arquitectos tropicales»… ¿qué tan posible es reproducir su arquitectura verde –la Garden City– en el trópico latinoamericano?, ¿qué se necesita?

Richard Hassell: No somos expertos en las necesidades de latinoamérica con respecto a la arquitectura pero creemos que es posible. Primero se necesita la voluntad de llevarlo a cabo para después lograr enfrentar los obstáculos que se presenten en el camino: Encontrar el interés de los inversionistas y cumplir con las regulaciones necesarias, después de eso se pueden realizar este tipo de proyectos.

Wong Mun Summ: Incluso en Singapur, cuando comenzamos este proyecto, se mostraba escéptica porque era algo nuevo. El gobierno y los inversionistas no estaban del todo convencidos con nuestro proyecto, así que nuestro éxito se ha ido construyendo poco a poco. Cuando la gente vio terminadas por primera vez nuestras ideas se dieron cuenta de que eran buenas, eso ayudó a que pudiéramos crear nuevos proyectos y pudiéramos financiarlos. Después de quince o veinte años creando proyectos conectados con la naturaleza la industria ha comenzado a entender que este tipo de edificios son buenos para la sociedad.

RH: Y también son un buen negocio, porque las personas quieren vivir y ocupar este tipo de construcciones.

WMS: Esto nos lleva a asumir la dirección de involucrarnos cada vez en no sólo construir edificios sino participar en la planificación de las ciudades. Estas deben de ser más compactas, más sustentables, y por supuesto, que estén integrada al paisaje natural, donde pueda brindar una vivienda a todos los seres vivos que la habiten.

 

 

 

¿Creen que la construcción de edificios sustentables tiene injerencia real en la sociedad? Es decir: ¿creen que el problema ecológico –tanto en Singapur como en cualquier parte del mundo– se puede resolver con nuevos edificios certificados?, ¿o es un asunto que tiene que ver con un desarrollo económico depredador y no con el paisaje verde?

RH: Creo que la ecología urbana definitivamente puede tener un alto impacto para resolver problemas ecológicos. Si todos los edificios de una ciudad contaran con áreas verdes como proponemos la huella de contaminación reduciría notablemente. Por otro lado, las personas han comenzado a perder ese contacto real con la naturaleza, y al no ser parte de su vida diaria, comienza a dejar de importarles lo que pase con ella. En cambio, cuando las personas están rodeadas de plantas y árboles, comienzan a asimilarlo en su vida diaria, y con ello, comienzan a preocuparse por el medio ambiente y el mundo que habitan. Varios niños podrían crecer con esta noción de la ecología y eso es muy importante para nuestra supervivencia.

WMS: También es importante comprender que pensar las ciudades de una manera más compacta es mucho más sustentable que otros modelos actuales. Por ejemplo, en Chicago se dieron cuenta que el costo en infraestructura para la expansión de la ciudad en los suburbios fue más caro que el de la parte vieja de la ciudad, la cual es más vertical y compacta.

RH: Nuestra propuesta es mucho más costeable que la de expandir las ciudades sin medida. Realizar inversiones en alcantarillado, electricidad, carreteras y transportes para movilizar a las personas es un gasto que es absorbido por los habitantes a través de impuestos. Por lo tanto siempre va a ser más barato construir hacia arriba que hacia los lados.

WMS: ¿Por qué no en vez de pedir al Estado construir parques y áreas verdes, la iniciativa privada sea concientizada de construirlos dentro de sus edificios?

 

 

¿Qué pasa con la vivienda social en Singapur? ¿La Garden City también se extiende más allá del epicentro financiero?

RH: Es una discusión que hemos mantenido con distintos gobiernos, porque la vivienda social es parte de ese contrato que se tiene con los habitantes. Queremos darles a entender que es importante brindarles a las personas una mejor calidad de vida donde sean felices.

WMS: Hemos presentado propuestas y confirmado después de su construcción que podemos realizar nuestros edificios verdes con presupuestos por debajo del estimado. Economizar los precios siempre será una ventaja para las personas.

 

 

¿Qué tan posible es para una firma de arquitectura operar con buena voluntad pero dependiendo del poder del capital?

Richard Hassell: Por experiencia te puedo decir que nos ha sorprendido ver cómo los inversionistas se entusiasman con la idea de hacer un proyecto sustentable. Incluso marcas o empresas con un pasado no tan amigable para el medio ambiente con las que nunca pensamos trabajar han sido los más receptivos a nuestras ideas. Cuando el proyecto es bien recibido por el público y ganan premios se dan cuenta de lo importante que es apoyar este tipo de arquitectura. Lo difícil es encontrar ese camino donde financiera y estratégicamente el proyecto sea viable para la persona que aporta el capital.

WMS: Siempre queremos presentar un modelo donde todos salgan ganando: Los inversionistas, la ciudad, y nosotros como arquitectos, nos sintamos satisfechos con nuestro trabajo. Es por eso que la vivienda social es un proyecto muy importante para nosotros. Porque además de realizar Garden City por debajo del presupuesto logramos reducir costos para los habitantes.

 

 

¿Creen que la arquitectura pueda resolver nuestros problemas de convivencia social antes que pensar en la coexistencia entre la flora, la fauna y los ciudadanos?

WMS: Al realizar estas megaconstrucciones no queremos que sus habitantes se pierdan entre mil casas. Es por ello que nuestros prototipo habitacionales plantean un número máximo de ochenta hogares, donde los habitantes puedan conocerse entre sí. Esto es muy importante desde el aspecto social, porque creemos en los lazos que se pueden formar en las comunidades mediante un diseño que piense en el bienestar social.



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