lunes, 17 de junio de 2019

40 años, 40 voces

A cuatro décadas de la primera Marcha del Orgullo LGBT +, presentamos esta reunión de testimonios, realizada en colaboración con Anal Magazine. Esta serie, que inició en La Tempestad 135 (junio de 2018), ofrece un mosaico que aspira a expresar la diversidad sexual-creativa mexicana. El conjunto de textos, que consta de cuarenta voces, agrupa no sólo a artistas y diseñadores, sino también gestores culturales, curadores, editores y personas del mundo de las ideas. La serie continúa con Pedro Slim, fotógrafo y coleccionista.

 

¿Cómo fue su comienzo creativo?

Estudié una carrera que me encantó: arquitectura; aunque la practiqué muy poco, me abrió al arte, tema del que no se hablaba mucho en mi casa. Luego empecé con la pintura y después con la fotografía; también empecé a coleccionar fotografía. Hasta hoy, todos los días de mi vida, dedico cuatro o cinco horas de mi día a la fotografía.

Salí de Líbano a los nueve años y crecí en México. Mi papá tenía una vieja cámara y cuando él murió empecé a usarla. No sé componer en la calle, admiro a la gente que sí, yo prefiero componer en mi estudio, yo diría soy un fotógrafo de estudio porque me gusta tener el control de las luces y las sombras, jugar con todo el equipo. Retrato cuerpos desnudos y también me gusta coleccionar fotografía sobre el tema. Me atrae mucho el blanco y negro, porque tiene más misterio que el color; no me gusta la inmediatez de lo digital, prefiero lo analógico.

¿Consideras que tu mirada creativa está influida por tu sexualidad?

Lo que influye en mi mirada es la mirada del otro, me interesa la ternura que se refleja en ella; mi mirada se basa en mi historia, y mi historia está influida por el abandono, por eso me interesa la gente que conoce ese sentimiento.

¿Crees que la fotografía y el arte se nutre de los movimientos sociales?

Depende, algunos artistas sí se nutren de ellos, otros no. Lo que no me interesa es que lo hagan por moda.

¿Tienes alguna relación con la comunidad LGBT+?

Mi relación con la comunidad nació gracias a la exposición que curé en el Museo del Chopo, en el marco del Festival Internacional por la Diversidad Sexual (FIDS); un día me llamó Salvador Irys, su director, y me invitó a participar en el encuentro; a partir de ahí me he estado metiendo en el movimiento. Yo era anti vestidas y ahora no sabes el cariño y el respeto que les tengo. Parece que tenía que ser curador de esa muestra para abrirme.

¿Hacia dónde se dirige la fotografía?

Creo que en el futuro la fotografía va a regresar a lo analógico y eso me encanta porque es volver al laboratorio. Me gusta en especial una cámara, la Leica M6. Para mí lo analógico representa la no inmediatez, el conocimiento de la luz; en lo digital todo lo puedes corregir, no requieres de mayor conocimiento. La fotografía es el conocimiento de la luz.

¿Y para dónde crees que va el futuro de la comunidad LGBT+?

Creo el tema va en retroceso por las cuestiones de gobierno. Estados Unidos está volviendo a cerrarse, quieren poner leyes contra todo lo ganado. Me da mucho miedo que eso pase en México; a López Obrador le gusta hacer consultas para todo, y eso me produce inquietud.

¿Qué recomiendas a la gente joven?

La música barroca; en el campo de la fotografía, a Irving Penn, el fotógrafo estadounidense de mediados del siglo XX; y en el cine el trabajo de Xavier Dolan, François Ozon y Gus Van Sant.



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