Del 28 de junio al 15 de julio la Cineteca Nacional albergará el 39 Foro Internacional de Cine, cuya programación cuenta con películas de directores de distintas regiones del mundo y que, además, abarcan temáticas como los conflictos bélicos, la prostitución homosexual, la eutanasia y el sueño americano, entre otros. Aquí una breve descripción de las 14 creaciones que serán exhibidas.
Luego de ser exhibidas en la Cineteca, las películas serán proyectadas en otras salas de la Ciudad de México.
La caótica vida de Nada Kadić (2018), de Marta Hernaiz Pidal
En su primer largometraje, la directora mexicana retrata la vida de una madre soltera de origen bosnio que al enterarse de que su hija de dos años tiene autismo, emprende un road trip alrededor de los Balcanes. El caos interior y la atmósfera de Sarajevo son los elementos que explora el filme.
Largo viaje hacia la noche (2018), de Bi Gan
Situando a sus personajes en el suroeste de China, igual que en su ópera prima, Kaili Blues: Canción del recuerdo (2015), Bi Gan entrega esta película sobre la memoria y los amores perdidos; la búsqueda de una mujer llevará al pasado al protagonista de Largo viaje hacia la noche, cuyo recorrido tiene múltiples referencias al cine, la literatura y la vida nocturna de las provincias del trópico asiático.
Manta Ray, los espíritus ausentes (2018), de Phuttiphong Aroonpheng
Cerca de un pueblo costero de Tailandia, un pescador local encuentra a un hombre herido e inconsciente. Al rescatar al extraño, que no habla una palabra, le ofrece su amistad y comienza a llamarlo Thongchai. Cuando el pescador desaparece repentinamente en el mar, Thongchai comienza a apoderarse de la vida de su amigo: su casa, su trabajo y su ex esposa.
Tarde para morir joven (2018), de Dominga Sotomayor
Después de De jueves a domingo (2014), la creadora chilena presenta esta película, por la que ganó el premio de dirección en la Berlinale, que relata la historia Sofía y Lucas, ambos de 16 años, y Clara, de 10, quienes se enfrentan a sus primeros miedos, decepciones y amores durante el verano de 1990.
Diamantino (2018), de Gabriel Abrantes y Daniel Schmidt
Este filme portugués, que mezcla varios géneros de forma disparatada, sigue a un jugador de futbol llamado Diamantino; se trata de una sátira política sobre la desgracia de la explotación, los medios de comunicación y la avaricia, entre otros problemas.
Salvaje (2018), de Camille Vidal-Naquet
La ópera prima del realizador francés se sumerge en el mundo de la prostitución masculina homosexual a través de Léo, un joven de 22 años que espera encontrar el amor en la calle.
Adam (2018), de María Sólrún
El segundo largometraje de la realizadora islandesa trata sobre Adam, un joven con problemas de audición, hijo de una alcohólica diagnosticada con daño cerebral permanente; el filme explora el tema de la eutanasia.
Limonada (2018), de Ioana Uricaru
La primera película de Ioana Uricaru exhibe las dificultades y los riesgos del sueño americano a través de un personaje llamado Mara, una enfermera rumana de treinta años que realiza una residencia en los Estados Unidos; durante su estancia, la mujer se casa para conseguir la visa permanente.
Lxs chicxs salvajes (2017), de Bertrand Mandico
Onírica, surrealista y violencia, esta película sigue a cinco adolescentes amantes de la libertad que cometen un salvaje crimen; como correctivo, los chicos son entregados a un capitán que los embarca por una travesía extenuante; tras rebelarse, desembarcan en una misteriosa isla donde sufrirán una gran metamorfosis.
La balsa (2018), de Marcus Lindeen
Este documental está basado en el experimento del antropólogo Santiago Genovés, realizado en 1973, que consistió en reclutar a cinco hombres y seis mujeres que hicieron un viaje en balsa para determinar los mecanismos de violencia, agresión y atracción sexual. En el documental de Lindeen, los participantes originales del estudio se reúnen después de más de cuarenta años.
Aquellos que están bien (2017), de Cyril Schäublin
El filme del director suizo gira en torno a una joven que estafa a diversas ancianas usurpando la identidad de sus nietas para quedarse con grandes cantidades de dinero.
Masacre (2018), de Shinya Tsukamoto
Dos samuráis y una joven se ven envueltos en la defensa de un territorio durante el siglo XIX. Alejándose de la grandilocuencia visual, la producción japonesa posee una estética minimalista que acentúa el constante sentimiento de desconcierto y angustia.
La casa lobo (2018), de Joaquín Cociña y Cristóbal León
Filmada a través de la técnica de stop-motion, esta película chilena cuenta la historia de María, una niña que escapa de Colonia Dignidad, un asentamiento alemán en Chile; el filme se sitúa en tiempos de la dictadura de Augusto Pinochet.
Monrovia, Indiana (2018), de Frederick Wiseman
El veterano documentalista retrata el pueblo de Monrovia (una pequeña región del noreste estadounidense que cuenta con menos de dos mil habitantes, predominantemente blancos): su vida cotidiana, incluido el servicio comunitario, los deberes cotidianos, la vida espiritual y su autenticidad rural.
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