sábado, 26 de noviembre de 2022

Reescribir la historia del arte

A un lado del título de la exposición una gráfica señala el porcentaje de obras de mujeres artistas en las colecciones de algunos museos nacionales, públicos y privados. El logotipo de cada institución se va llenando de luz en la medida en que su colección alberga un mayor porcentaje de mujeres. No es, como se puede suponer, una gráfica muy iluminada.

Un cuarto de logo alcanza a leerse en el museo con mayor porcentaje, el 25% (MUAC); en el que menos, apenas se aprecia un puntito, que representa el 1.70% (Museo Nacional de San Carlos). El recinto que alberga esta muestra, el Museo Kaluz, se halla en el promedio mundial: 15%; es decir, de sus mil 800 obras de pintura figurativa mexicana del siglo XIX a la fecha, sólo 150 fueron firmadas por mujeres. Por supuesto, las condiciones políticas y sociales para desarrollarse como artistas definen estos porcentajes y explican mayor presencia femenina en los museos de colecciones más recientes.

“Desde los años setenta la pregunta flota en el aire: ¿dónde están las mujeres en las colecciones? Me pareció importante plantear esta cuestión con relación a México (cuyos promedios, hay que decir, son muy parecidos a otros países) porque realmente creo que no se ha visibilizado lo suficiente, y hacerlo es el primer paso para cambiar las políticas que definen lo que hay en ellas”. Las palabras son de la curadora Karen Cordero Reiman, historiadora del arte feminista que partió de este cuestionamiento para articular (Re)generando… narrativas e imaginarios. Mujeres en diálogo, una exposición necesaria, que pone en el centro el trabajo de mujeres artistas para repensar (y reordenar) la historia del arte en nuestro país.

Mujeres en diálogo

Vista de la exposición (Re)generando… narrativas e imaginarios. Mujeres en diálogo. Cortesía del Museo Kaluz

Siempre estuvieron ahí

A través del diálogo con acervos de otros museos, coleccionistas y artistas contemporáneas, Cordero objeta también las relaciones de jerarquía que han marcado la cultura y el sistema del arte: “El primer problema es qué se definía como arte. Había muchas actividades femeninas que no se consideraban como tal: tejido, bordado o muchas otras cosas que hacían en un contexto doméstico. Las pocas mujeres que llegaban a ser artistas no pudieron, en la mayoría de los casos, desarrollar su carrera a la par de los hombres porque no había espacio para ellas en la academia y tampoco les fue posible realizar exposiciones. Y cuando finalmente lo lograban, muy pronto sus obras quedaban olvidadas en las bodegas de museos”.

A través del diálogo con acervos de otros museos, coleccionistas y artistas contemporáneas, Karen Cordero objeta también las relaciones de jerarquía que han marcado la cultura y el sistema del arte.

En el catálogo de la exposición (a la venta en la tienda del museo), Silvana Gesualdo, docente y estudiosa de las mujeres artistas, contribuye al tema desde el postulado que vertebra el diálogo entre las obras: las mujeres siempre estuvieron ahí. “Supieron rebelarse contra esas limitaciones, contra esa marea de voces que las silenciaban. Las mujeres artistas han estado muy presentes –mucho más de lo que creemos– abatiendo postulados misóginos y racistas”.

Las 109 piezas que componen (Re)generando… narrativas e imaginarios van del siglo XVIII (una sola obra) a la actualidad, y se han organizado en tres secciones, planteadas de acuerdo con los ejes temáticos principales de la Colección Kaluz: “Cuerpxs”, “Entornos” e “Imaginarios”. Hay una idea central en el recorrido: cuestionar los modos convencionales de percibir el arte señalando las desigualdades y otorgando por completo la mirada a las mujeres.

Guadalupe Carpio y Berruecos, Autorretrato con familia (detalle, 1865). Cortesía del Museo Nacional de Arte

Mirar a través de ellas

“El vehículo curatorial es el diálogo entre obras de diferentes períodos alrededor de problemáticas y temáticas que confrontan a los visitantes. Ponerlas a dialogar para que lo que se experimente desde los cuerpos produzca otro tipo de conciencia sensorial, social, política, artística. Me he basado en la idea de la curadora e investigadora del arte Griselda Pollock, que ha sido una de mis inspiraciones para el trabajo de curaduría feminista que he hecho desde hace muchos años, especialmente en el libro Encuentros en el museo feminista virtual: tiempo, espacio y el archivo, donde propone un reordenamiento subversivo de los modos de contar historias. Así, el tema de la exposición no sólo es incluir mujeres artistas sino preguntar cómo cambia la historia del arte si la vemos a través de ellas: cambian las narrativas, los contenidos, la visión del cuerpo, las técnicas”, explica Karen Cordero.

“El tema de la exposición no sólo es incluir mujeres artistas sino preguntar cómo cambia la historia del arte si la vemos a través de ellas: cambian las narrativas, los contenidos, la visión del cuerpo, las técnicas.”

Quizá la decisión curatorial más acertada de (Re)generando… narrativas e imaginarios. Mujeres en diálogo es evitar la visión panorámica en aras de repasar la historia. La organización temática que Codero propone convierte el recorrido en una constante charla entre pasado y presente, que muchas veces genera una rendija donde se asoma un halo de futuro. El intercambio que surge entre Guadalupe Carpio y Berruecos con su Autorretrato con familia (1865) e Inda Sáenz Romero con María Izquierdo con Tamayo como modelo (2005) es un ejemplo de la manera en que la muestra deja que el espectador imagine pasados alternos y posibilidades hasta hace poco clausuradas.

“El título tiene que ver con géneros: artístico, sexual. Pero con la palabra ‘regenerar’ quise dejar claro que es una exposición que, además de visibilizar las violencias que han sufrido las mujeres, quiere mostrar qué otras cosas podemos ver, pensar e imaginar desde las obras de mujeres artistas. La idea es generar esa mirada en perspectiva. Para hacerlo lo principal es cambiar las narrativas, utilizando el arte como dispositivo para despertar imaginarios”. A partir de las líneas centrales se derivan algunas preguntas, visibles en los muros, que el espectador podrá ir contestando (o no) desde la observación de las exploraciones temáticas, estéticas y sociales de cada creadora. Se trata de poner énfasis en la diversidad de miradas y al mismo tiempo brindar elementos para cuestionarlo todo. 

Mujeres en diálogo

Colectiva Lana Desastre, Sé-nos (2022). Cortesía del Museo Kaluz

Actividades

La exposición (Re)generando… narrativas e imaginarios. Mujeres en diálogo, que estará abierta en el Museo Kaluz hasta el 24 de abril de 2023, se expandirá a través de actividades diversas. La colectiva Lana Desastre, incluida en la muestra, ofrecerá el taller de tejido “El club de las chichis” los días 20 de noviembre, 3 de diciembre, 4 de febrero y 4 de marzo. El público está invitado a tejer “chichis” que se sumarán a la instalación Sé-nos. Por su parte, Ana Garduño impartirá la conferencia “Mujeres artistas en las colecciones en México” el 30 de noviembre, en el marco de la Noche de Museos. Finalmente, la artista María Gimeno, en un fecha de febrero por definir, presentará en el recinto capitalino el performance Queridas viejas.

La entrada Reescribir la historia del arte se publicó primero en La Tempestad.



from La Tempestad https://ift.tt/rnivgZp
via IFTTT Fuente: Revista La Tempestad

No hay comentarios:

Publicar un comentario