Si, en el campo de la música contemporánea, 2022 fue el Año Xenakis, 2023 es el Año Ligeti. A un siglo de su nacimiento, György Ligeti es considerado uno de los compositores “más innovadores de la última mitad del siglo XX, a veces inquietante, a veces humorístico, normalmente fantástico y siempre pulido” (Paul Griffiths en The New York Times). Nacido en la región de Transilvania en mayo de 1923, sus primeras búsquedas siguieron la senda etnomusicológica del también húngaro Béla Bartók, pero su trayectoria fue la de un incansable renovador: “Estoy profundamente insatisfecho conmigo mismo […] Busco constantemente, pero no encuentro mi propio lenguaje y siempre hago algo nuevo”.
György Ligeti alcanzó cierta popularidad fuera del ámbito especializado gracias a un hecho paradójico: el uso no autorizado de su música en 2001: Odisea del espacio (1968) de Stanley Kubrick. El gran público se enfrentó entonces a Atmosphères (1961), Aventures (1962), Requiem (1963-65) y Lux aeterna (1966). Tras un acuerdo para sacar el conflicto de tribunales, el cineasta compensó al compositor incluyendo trabajos suyos en filmes posteriores: Lontano (1967) en El resplandor (1980), Musica ricercata (1951-53) en Ojos bien cerrados (1999). No debe subestimarse el impacto que tuvieron esas obras en autores de ámbitos ajenos a la música de concierto.
Fallecido en Viena en 2006, el compositor húngaro, cercano en intereses a figuras como Karlheinz Stockhausen y Pierre Boulez, identificó pronto los callejones sin salida a los que se dirigía la música moderna luego de la Segunda Guerra: “Estoy en una cárcel: una pared es la vanguardia, la otra pared es el pasado, y quiero escapar”. Como escribió Alex Ross en El ruido eterno (2009), “Ligeti escapó no diciendo no. Se abrió a toda la música pasada y presente, absorbiendo todo, de las misas renacentistas de Johannes Ockeghem a los solos de saxo de Eric Dolphy, de la escritura virtuosística para piano de Liszt a la polifonía rítmica de las tribus de pigmeos africanas. Al mismo tiempo, logró imprimir su personalidad difícil, melancólica y en permanente agitación en cualquier cosa que quedara atrapada en su red”.
El Año Ligeti tendrá expresión mexicana, comenzando con la Orquesta Filarmónica de la UNAM, que presentará cinco obras del compositor. El ciclo Foco Ligeti explorará distintos momentos en su trayectoria musical, de sus inicios bartokianos a sus trabajos tardíos. El 15 y el 16 de abril, bajo la dirección de Sylvain Gasançon, la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario (Ciudad de México) albergará Atmosphères: “El movimiento rítmico se elimina escalonando las entradas instrumentales (una técnica para la que Ligeti introdujo el término ‘micropolifonía’), enfatizando los sonidos sostenidos (la obra, inusualmente para este período, es para orquesta sin percusiones) y evitando todo sentido del pulso; la armonía se mantiene en suspensión mediante el uso de clusters [racimos de notas]”, escribió Griffiths en Modern Music and After (tercera edición, 2010). El 6 y el 7 de mayo será el turno del Concert românesc (1951), con el director huésped Iván López Reynoso, al que seguirán Lontano (27 y 28 de mayo), Melodien (1970; 10 y 11 de junio) y San Francisco Polyphony (1973-74; 24 y 25 de junio). Los conciertos dominicales serán transmitidos en línea.
El Ensamble CEPROMUSIC, bajo la dirección de José Luis Castillo, presentará por su parte un ciclo de cuatro conciertos denominado Espacio Ligeti. El primero consistirá, el 28 (Sala Nezahualcóyotl, CCU) y el 30 de abril (Sala Manuel M. Ponce, Palacio de Bellas Artes), en Mysteries of the Macabre (1991), los preludios e intermezzo de Le Grand Macabre (1975-77 / 1996) y el Concierto para violín (1989-93). El segundo, el 19 (Sala Nezahualcóyotl) y el 20 de mayo (Sala Manuel M. Ponce), incluirá el Concierto para piano (1985–88), Aventures y Nouvelles Aventures (1962-65). Espacio Ligeti 3 albergará el Concierto para violonchelo (1966), tres de los Études pour piano (1985-2001) y el Concierto de cámara (1969–70), los días 9 (Sala Manuel M. Ponce) y 10 de junio (Auditorio del MUAC). Finalmente será posible oír el Trío para violín, corno y piano (1982), así como el Cuarteto de cuerdas no. 1 (1953–54), el 8 (Sala Manuel M. Ponce) y el 9 de septiembre (Sala Carlos Chávez, CCU).
El ciclo Ligeti 100 de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México completa la oferta del centenario. Con la dirección de Stephen Ellery, en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, se interpretarán una obra de György Ligeti. El 27 y el 28 de mayo, anticipándose a la OFUNAM, se presentará Melodien, uno de esos “paisajes oníricos en los que el sonido se convierte en una superficie tangible” (Ross).
La entrada György Ligeti en su centenario se publicó primero en La Tempestad.
from La Tempestad https://ift.tt/qGVvl2u
via IFTTT Fuente: Revista La Tempestad
No hay comentarios:
Publicar un comentario