A una década de su debut discográfico (Pull My Hair Back) y tres años de su álbum anterior (All the Time), la música de la cantante y productora canadiense Jessy Lanza mantiene el sello evolutivo alrededor de las posibilidades del R&B alternativo y el dance pop sutil, operando como un glitch lo mismo dentro de su sello discográfico, Hyperdub (Kode9, Burial, Dean Blunt, Laurel Halo), que del pop electrónico más convencional.
En su cuarto disco de estudio, Love Hallucination –lanzado el 28 de julio pasado–, Lanza equilibra el crecimiento artístico con el personal, despojándose de las incertidumbres fragmentarias de All the Time, llenas de ráfagas oníricas y deseos, para apegarse a una simplicidad que no sacrifica oficio en este R&B preciosista, inteligente y multicolor. Se anima a dar el siguiente paso, volviendo su estilo más diáfano y accesible (ahora canta más, y más frontalmente), en once piezas que suman poco más de media hora.
La última ocasión en que Jessy Lanza sacó un disco se percibía la incertidumbre vinculada a la pandemia. La artista enfrentaba a un nuevo horizonte de vida (mudanza a Los Ángeles, colaboraciones a distancia, introspección) que, en cierto modo, abrió un cauce que hoy ve la luz con Love Hallucination.
Confianza, el nombre del juego
“Confío en dónde estoy ahora, y eso es nuevo para mí. Cuando estaba escribiendo el disco me sentía fuera de mi elemento, desenfocada. Me dio seguridad saber que podía confiar en mis instintos y terminar un disco a pesar de los desafíos de sentirme fuera de mi zona de confort. Creo que Love Hallucination es mi mejor álbum hasta ahora, y es reconfortante haber salido de un momento incierto de mi vida”, asegura Lanza, para luego revelar que el disco es, también, una colección de postales recurrentes y el papel de la memoria en nuestra experiencia del presente.
“Escribí muchas de las pistas de Love Hallucination sobre relaciones y amores pasados. Mientras estaba haciendo el disco me di cuenta de que en realidad estaba escribiendo sobre mi imaginación contra la realidad, así como sobre las formas de confrontación de lo imaginado y lo real. Eso ha dejado cierta huella en el desarrollo de mi propia vida”.
En una primera escucha Love Hallucination edifica, desde la transparencia pop, algo que intuimos en discos pasados y que ahora se vuelve un bastión más sólido: canciones preciosistas y de adhesión inmediata. La canadiense confiesa que, si bien ahora canta de forma más presente a lo largo de los once cortes del disco, esto se debe a la inercia de su momento personal. “Tal vez sucedió a un nivel subconsciente”, asegura.
“Mientras estaba haciendo el disco me di cuenta de que en realidad estaba escribiendo sobre mi imaginación contra la realidad, así como sobre las formas de confrontación de lo imaginado y lo real.”
Pese a mantener un sello calmo, sensorialmente colorido, edulcorado desde las postrimerías sentimentales, Love Hallucination no es un trabajo no pierde el filo de la pista o el beat. Su magia reside en una dosificación exacta de los elementos secuenciados y la estructura clásica de la canción pop. Si este es el disco más accesible de la autora de Pull My Hair Back y Oh No (2016) a la fecha, también es el que más abunda de capas, texturas y estímulos sonoros hilvanados con estilo y oficio, pero sobre todo con una sensibilidad apoyada en la ligereza de lo sublime.
Lo anterior se debe, explica Jessy Lanza, a que la superposición de instrumentos se da de forma natural en el momento de la mezcla del disco. “Me encanta trabajar con ingenieros de mezclas porque agregan otra dimensión a la música, algo que no podría hacer por mi cuenta, así que siempre les doy muchas capas con las cuales trabajar cuando llega el momento de armar las pistas”.
Escuchar con atención
“Creo que todos estamos procesando todavía la pandemia y lo que significa seguir adelante. Durante un tiempo evité escuchar música que me hiciera sentir algo porque me abrumaba y me asustaba un poco.”
El cuarto disco de estudio de la música ontariense se emparienta con una pléyade de artistas y discos editados luego de la pandemia en Estados Unidos, bajo la sombrilla de estilos como el R&B o el neosoul californiano. Ahí se encuentran John Carroll Kirby o Eddie Chacon: “Amo a Eddie y su álbum Pleasure, Joy and Happiness [2020], es una gran inspiración para mí. Creo que todos estamos procesando todavía la pandemia y lo que significa seguir adelante. Durante un tiempo evité escuchar música que me hiciera sentir algo porque me abrumaba y me asustaba un poco. Por eso la música de Eddie Chacón me atrae tanto ahora, conecta a un nivel más profundo que no funciona para el oyente pasivo. Exige toda tu atención”.
Jessy Lanza está enfocada en la gira de Love Hallucination, álbum en el que echó mano de muchos buenos viejos amigos y productores como Jacques Greene (“Midnight Ontario”), así como David Kennedy, con quien coprodujo y mezcló algunas de pistas del disco. Al despedirse es enfática en la necesidad de volver a vernos de forma presencial, para festejar la vida.
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