Carlos Torre Hutt, impulsor del diseño en México

Carlos Torre Hutt, fundador de la Galería de Diseño Casa Gutiérrez Nájera, es uno de los principales animadores de la escena del diseño en México. A través de su actividad como curador y galerista Torre Hutt se ha dedicado a impulsar la disciplina, que en los últimos 20 años ha atravesado por altibajos que han impedido su consolidación como fuerza creativa o agente de cambio social. Optimista y convencido del potencial de los diseñadores mexicanos, el arquitecto mira hacia adelante con un nuevo proyecto: Mexico Design Fair (MDF). El evento, motivo de esta charla, consiste en vigorizar el diseño mexicano. Para ello ha convocado a expertos y diseñadores que participarán en la Feria Internacional de Diseño Contemporáneo, que se realizará en Casa Naila, en Puerto Escondido, Oaxaca; la iniciativa también otorgará el premio de diseñador del año.

 

¿A qué responde la creación del MDF? 

Desde la fundación de Casa Gutiérrez Nájera en 2011 me he dado cuenta de cómo funcionan los proyectos de diseño, hablando en términos de mercado, de cómo un esfuerzo contagia y anima a otro, multiplicando las propuestas. Imaginémonos diez años adelante, es decir, en la tercera década del siglo XXI. ¿Hacia dónde va el desarrollo y el crecimiento de un proyecto cultural dedicado al diseño? 

El MDF quiere ser un generador del desarrollo del diseño mexicano que impulse y acelere los esfuerzos individuales. MDF es un esfuerzo colectivo de galerías de diseño y marcas a través del trabajo de diseñadores nacionales, que expondrán en Puerto Escondido, Oaxaca. Deseamos que los invitados, en calidad de compradores, impacten en la escena internacional, contagiando al escenario nacional.

El MDF va a entregar un premio a un diseñador destacado…    

Me gustaría aclarar que el MDF consta de dos partes. Una es la feria o pequeña exposición de objetos para los compradores invitados; por supuesto que nos preocupa la parte comercial, no en un sentido superficial de consumo, sino de crecimiento. La otra parte es el tema de la reflexión: ¿qué estamos diseñando desde México para México? ¿Cuál es la responsabilidad de los diseñadores, de las escuelas, academias o facultades de diseño respecto a los programas académicos? ¿Cuál es la responsabilidad de las empresas pequeñas, medianas o grandes, y también de la industria?

Decidimos hacer tres conversaciones con los protagonistas de la escena. La primera conversación fue sobre el contexto del diseño en México. Fueron convocados editores de prensa dedicada al diseño y la arquitectura, directores de espacios culturales o museos, promotores del diseño a través de festivales o portales digitales. Asistieron, entre otros, Lourdes Baez, Mario Ballesteros, Renata Becerrill, Nicolás Cabral, Amanda de la Garza, Cecilia León de la Barra, Ana Elena Mallet. El segundo encuentro, cuya fecha está por confirmarse, se dedicará a la academia. Invitamos a directores de carrera de las principales universidades en las que se imparte el diseño, también a gente que está involucrada en programas académicos, por ejemplo Carmen Castañeda, Berenice Chavero, Román Esqueda, Mariano García, Diego Lizarazo, Claudia, Quiroz, etc. Es importante considerar, entre otras cosas, el número de diseñadores egresados al año en México, donde la realidad laboral es compleja. En la tercera, dedicada a la producción, participarán principalmente diseñadores que tienen pequeñas o medianas empresas y otros vinculados a marcas internacionales: Joel Escalona, Héctor Esrawe, Emiliano Godoy, Sara Rereyra, Cristina Pérez, Ariel Rojo, etc. El objetivo es conocer sus puntos de vista e inquietudes.

A partir de la discusión de estos tres temas queremos fortalecer los criterios del premio y la decisión por la que se incline el jurado para designar al diseñador del año. 

Luego de la ceremonia de premiación, compartiremos un documento con las conclusiones de las charlas, enriquecidad con la participación de toda una comunidad unida por el diseño y comprometida para el futuro. 

¿Quiénes conforman el jurado?

En esta edición el jurado, que preside Grisell Villasana (diseñadora, curadora e investigadora), lo conforman Héctor Rivero Borrell (investigador y curador especializado en artes aplicadas y objetos de diseño), Lourdes Baez (promotora cultural desde hace más de 40 años) y Eduardo Cadaval (profesor asociado en la Escuela Técnica Superior de Barcelona). Cada uno está vinculado a lo que ha sucedido y sucede en el terreno del diseño en México. El MDF busca a un diseñador de trayectoria media cuyo trabajo se encamine a construir un mejor futuro para la disciplina que impacte en la sociedad.

Hace un par de años hubo un interés evidente por el diseño tanto en producción como difusión, había revistas especializadas, gente que escribía sobre el trabajo de los diseñadores. ¿Qué fue lo que reventó la burbuja?

Desde el 2000 hubo una serie de ejercicios interesantes, pero desaparecieron. No ha podido establecerse una escena sólida del diseño en México. Quizá se debe a la inconsistencia, a que los ejercicios de producción (ya sea diseño industrial, moda o los cercanos cercanos a la combinación entre artesanía y diseño) no completan el ciclo, no llegan a la fase final, al mercado. Pienso que se desatiende al usuario, la persona para la que se diseña; por eso los proyectos se queden en el camino y, en consecuencia, el mercado no madura y la escena tampoco. Un proyecto como MDF, un esfuerzo colectivo, quiere solidificar y ser una plataforma a corto, mediano y largo plazo para madurar la escena y encontrar un mercado de crecimiento progresivo.

Llevas bastantes años dedicándote a impulsar el diseño. Mi pregunta puede sonar demasiado simple, pero ¿qué te anima a seguir esa senda?  

El buen diseño nos brinda una vida mejor, nos lleva a un futuro positivo. Me formé como arquitecto, creo en la capacidad de construir mejores ciudades para mejorar la calidad de vida. El diseño, por su lado, impacta en el hábitat de cada individuo, influye para mejorar su experiencia cotidiana o enriquecerla. Es importante comunicar qué hace un diseñador, tomando en cuenta que la disciplina es una profesión joven en México. Los diseñadores no son genios inspirándose, resuelven problemas, para eso fueron formados, tienen una responsabilidad. El diseño no tiene que ver con el buen gusto o sólo con la belleza; por supuesto que la belleza es un tema a considerar, pero es igual de importante la función, establecer para qué fueron diseñados lo objetos.

Siempre he dicho que el diseño es muy amigable o cercano a la gente. A diferencia del arte, no necesitas ser experto en ninguna materia para saber si una silla es cómoda, ergonómica, bella, funcional; la gente puede generar una crítica de una jarra, un vaso, un plato. MDF busca conjuntar proyectos y empresas que compartan estas ideas e intereses para insistir en las razones para crear un objeto nuevo, funcional, bello.

El diseño tiene una dimensión táctil, por llamarla de alguna manera, es una expresión que te gusta o te hacer sentir cómodo; todo lo contrario de las expresiones arte.

Tocas un tema que me interesa mucho, la materialidad de los objetos. La identidad del diseño mexicano contemporáneo tiene que ver mucho con la materia, con la riqueza cultural: piedra, barro, cerámica, madera, fibras naturales, textiles, todo eso lo encontramos en el trabajo de diseñadores mexicanos como Fernando Laposse, que trabaja con fibras endémicas de México. En Guadalajara Melissa Aldrete y Luis Cárdenas investigan nuevos procesos y experimentos relacionados con el barro.

Recogiendo lo que hemos platicado, el MDF tiene la vista puesta en el futuro.

Me gusta pensar que el premio será a mediano y largo plazo la búsqueda de los héroes del diseño que transformen las ciudades, los espacios interiores y los objetos en México.

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