viernes, 17 de septiembre de 2021

Memoria del bombardeo

En una de las historias que aparecen en Matadero cinco (1969) nos enteramos de una civilización extraterrestre: los tralfamadorianos, seres que perciben la realidad en cuatro dimensiones. Estos personajes tienen una relación especial con el tiempo, ya que pueden observarlo no de una manera secuencial sino como una pintura o una formación montañosa. Todo puede ocurrir en el mismo momento, y el punto de vista –la perspectiva del espectador– nos permite ir atrás y adelante sin sucumbir al caos. Esta peculiar teoría es la propuesta estructural de Matadero cinco, una de las novelas más conocidas del autor estadounidense Kurt Vonnegut (1922-2007), editada en español hace algunos años por la editorial Anagrama y ahora puesta de nuevo en circulación, con una nueva traducción a cargo de Miguel Temprano García, gracias a Blackie Books.

Matadero cinco cuenta el bombardeo aliado a la ciudad alemana de Dresde en febrero de 1945. Este bombardeo es una de las historias más dramáticas y polémicas de la Segunda Guerra Mundial. Al igual que Hiroshima y Nagasaki, Dresde no era un objetivo militar y, también, había una sensación de que esa ciudad no sería víctima de fuertes intervenciones por parte del enemigo. Sin embargo, fue arrasada por bombardeos continuos que redujeron edificios y personas a cenizas. El escritor alemán W.G. Sebald escribió en Sobre la historia natural de la destrucción acerca de las posibles razones por las cuales los alemanes enterraron la memoria de las víctimas civiles (más de 600 mil personas) que fueron borradas del mapa en varios bombardeos. El papel de víctima, negado a los alemanes porque pertenecían al bando de los nazis, pone de relieve los conflictos de la historia oficial y los matices que, muchas veces, se pierden en medio de la propaganda.

Vonnegut, a través de Billy Pilgrim, alter ego suyo, describe el caos, la esquizofrenia y el absurdo de la guerra. Pilgrim, soldado norteamericano, es llevado por los alemanes a un centro de detención, un rastro, mientras Dresde comienza a arder. La locura, en este caso, es un asidero que permite la sobrevivencia. A través de bifurcaciones, ramificaciones sin sentido lógico más que desahogar anécdotas que van adelante y atrás en el tiempo, conocemos la historia del personaje. El caos es, quizá, la única manera de entender las sinrazones de las guerras modernas. Si antes se enfrentaban ejércitos contra ejércitos, a partir del bombardeo a la ciudad española de Guernica, en 1937, durante la Guerra Civil Española, la población civil es la principal víctima de tácticas que no buscaban necesariamente apoderarse de territorios, sino sembrar el terror y desmoralizar al enemigo.

Por estas razones Matadero cinco puede entenderse como la excursión alucinada a la mente de un sobreviviente de la guerra, alguien como Vonnegut, que estaba en Dresde mientras las bombas caían. En esa excursión tiene cabida todo: un asesinato por robar un tetera; un accidente tiempo después de la guerra; incluso los encuentros con los tralfamadorianos, seres que parecen un bálsamo en medio de la locura desatada por las bombas. La novela de Kurt Vonnegut, rehuyendo de la razón y del carácter documental de muchas obras sobre la guerra, es, quizás, el reflejo más fiel de un mundo en el que aquello que nos vuelve humanos se ha perdido.   

Kurt Vonnegut, Matadero cinco, traducción de Miguel Temprano García, Blackie Books, Barcelona, 2021

La entrada Memoria del bombardeo se publicó primero en La Tempestad.



from La Tempestad https://ift.tt/3kkKvmG
via IFTTT Fuente: Revista La Tempestad

No hay comentarios:

Publicar un comentario