La obra transmite un entendimiento del tiempo muy distinta del que nos rige actualmente. La construcción de City comenzó hace medio siglo, y a partir del 2 de septiembre podrá ser visitada, finalmente. Es la obra de arte contemporáneo de mayores dimensiones (casi dos kilómetros y medio de largo y 800 metros de ancho), un hito en la trayectoria de su creador, Michael Heizer. Mirarla, aún en fotografías, produce evocaciones que van de lo natural a lo urbano, pasando por lo histórico y lo cosmológico.
Heizer se ha cuidado de no explicar este trabajo, una pieza de land art tan moderna en sus líneas como arcaica en sus implicaciones. Una suerte de Teotihuacán erigida pacientemente en el desierto de Nevada para nunca ser habitada, solo visitada por seis espectadores a la vez, previa cita. Se trata, como indica su título, de una ciudad, pero vacía, sin funciones, con el fin de que, al caminarla, uno la pueble de significados. Si se revisan los proyectos del estadounidense Michael Heizer (1944) el común denominador es cierta idea de la extensión, del gesto escultórico impreso en el paisaje.
City parece enfrentarse a las nociones de tiempo y espacio contemporáneas. Contra la prisa, la paciencia; contra el hacinamiento, la amplitud. El propio artista responde con silencio a la sobreabundancia de información. Lo cierto es que el carácter abstracto de esta obra monumental enriquece las lecturas del visitante, que lo mismo puede sentirse ante ruinas sumerias que ante vestigios de una civilización extraterrestre. 50 años y 40 millones de dólares después, una de las obras más originales de nuestra época se abre al público, aunque sea de forma restringida, por deseo del propio artista.
Pintor y escultor, el lienzo preferido de Heizer es el paisaje desértico. ¿Sus materiales? La tierra y la piedra. Entre 1969 y 1970 hizo cavar en el Valle de Moapa, también en Nevada, una zanja de 9 metros de ancho, 15 de profundidad y 457 de largo: Double Negative. Uno de los fundadores del movimiento de artistas del paisaje estadounidenses, City (1972-2022) puede considerarse la obra de su vida, al mismo tiempo complejo escultórico y dibujo en relieve sobre el territorio. Es administrada por la Triple Aught Foundation, encargada de reunir los fondos para su construcción y de conservarla.
Taludes de tierra, pistas de grava, tableros y figuras de concreto… Los elementos de este complejo se posan en terrenos excavados, se forman con materiales desplazados. “Es una obra maestra, o casi”, declaró Heizer al New York Times, “y yo soy el único al que le importa si la cosa está terminada”. Una mezcla de seguridad en el trabajo y de pesimismo sobre su recepción. A tres horas en auto desde Las Vegas, City se alza fuera del tiempo o, tal vez, para decirnos algo sobre él.
La entrada ‘Ciudad’ en el desierto se publicó primero en La Tempestad.
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