Alguna vez parte de un imaginario utópico, nuestra relación con la Luna empieza a pensarse desde lo catastrófico. A 50 años del alunizaje, el satélite ya no es el territorio de una promesa, sino el de una emergencia. Las propuestas de diseño se articulan desde esa nueva realidad y, últimamente, comienzan a agolparse. Los retos son mayúsculos y, en última instancia, abren preguntas críticas sobre la propia disciplina del diseño: ¿Qué materiales se deben usar? ¿Qué funciones se deben solventar? ¿Qué estética deben proponer? ¿A qué condiciones deben sobreponerse? Aquí algunos ejemplos:
SOM
La propuesta más reciente, develada a principios de abril por el despacho de arquitectura Skidmore, Owings & Merrill, en colaboración con la Agencia Espacial Europea y el MIT, consta de una serie de membranas inflables que pueden proveer de viviendas, espacios de trabajo y sistemas de control ambiental. La villa lunar está pensada para convertirse en el primer asentamiento humano permanente en la superficie lunar y está diseñada para albergar cantidades crecientes de población.
Foster + Partners
El afamado despacho británico propuso en 2013 una solución osada a un problema complejo: la impresión 3D de edificaciones usando material del suelo lunar, conocido como regolito, a través de un módulo tubular que despliega una membrana en forma de cúpula. En colaboración con la Agencia Espacial Europea, el proyecto está diseñado para proveer de vivienda a cuatro personas y refugio para condiciones climáticas extremas, meteoritos y rayos gamma.
TestLab
La revista de arquitectura Eleven organizó en 2017 el concurso Moontopia, como un ejercicio especulativo, no por ello menos riguroso, de diseño en la Luna. El proyecto ganador, TestLab de Monika Lipinsk, Laura Nadine Olivier e Inci Lize Ogun, implicaba, a semejanza del de Foster + Partners, la colonización gradual de la Luna, mediante la impresión 3D y el autoensamblaje. Los edificios, fabricados con fibra de carbono, estaban inspirados por las técnicas del origami.
Platinum City
La primera mención honorífica de Moontopia, distinguió el proyecto Platinum City de Sean Thomas Allen. Más cercano al imaginario de ficción, el diseñador imagina una colonia para más de “3 mil ciudadanos lunares post-humanos”. Como sucede en ocasiones con la ciencia ficción, Platinum City parece una mera proyección de actividades demasiado humanas: el hábitat desarrollado por Allen imagina la primera industria post-humana en forma de minería de asteroides, así como turismo espacial.
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