El acontecimiento suspendido, la exposición que Leo Marz presenta en el Museo Jumex, es una de las experiencias más singulares que un espectador puede tener en estos momentos en la Ciudad de México. El detonante de la instalación: una copia del dedo índice del general Ignacio Zaragoza, que apunta al horizonte, en un monumento de la ciudad de Monterrey. ¿El motivo? La Batalla de Puebla (1862) fue el primer acontecimiento bélico transmitido en tiempo real (por telegrama) en el país, lo que permite al artista reflexionar sobre el acceso instantáneo a las noticias en las interfaces contemporáneas.
Cindy Peña, asistente curatorial de la exhibición, escribe en el cuadernillo que la acompaña: “La práctica artística de Leo Marz es singularmente multifacética, resultado de su interés por la historia de los espacios en donde muestra su obra. Desde sus primeras grabaciones de música con su banda punk en Monterrey, a sus happenings lúdicos multiplicando azucareras en los restaurantes Sanborns con amigos artistas, hasta su trabajo como diseñador de carteles para películas, su producción es expansiva y transformadora derivando en obras que mutan a medida que sus ideas siguen tomando forma”.
Nacido en Zapopan en 1979, radicado en Monterrey, Leo Marz es director del programa de artes en la Universidad de Monterrey y cofundador de Lugar Común, un espacio independiente en la ciudad. Se trata de uno de los animadores de la escena artística regiomontana.
En el video producido por la Fundación Jumex Arte Contemporáneo, el artista desarrolla el concepto detrás de El acontecimiento suspendido, que se inscribe en sus investigaciones sobre la relación entre la tecnología y la forma en que percibimos el tiempo y el espacio. Las piezas de la instalación ocupan la sala con gestos sutiles, como trazos tridimensionales que invitan al visitante a involucrarse en su lectura. El Museo Jumex la cobijará hasta el 9 de enero.
La entrada Leo Marz en el Museo Jumex se publicó primero en La Tempestad.
from La Tempestad https://ift.tt/3BGzJNM
via IFTTT Fuente: Revista La Tempestad
No hay comentarios:
Publicar un comentario