Durante once años una jovencísima Liora Spilk Bialostozky filmó a su personaje favorito, el artista y diseñador Pedro Friedeberg. Primero lo hizo de lejos, intentando ganar su confianza, y luego construyó de a poco un vínculo cariñoso, que incluye alegrías y algunos tropiezos. El proceso, de principio a fin, es el andamiaje de Pedro (2022), un entrañable documental que se estrenó esta semana en cines de México.
En su ópera prima la directora (que actualmente se desempeña como editora cinematográfica) ha tomado algunos riesgos creativos poco frecuentes en el género. Su aparición a cuadro, el primero de ellos. Spilk es timón y coprotagonista de esta suerte de crónica episódica de una amistad. Sus momentos en pantalla, sin embargo, son sutiles y espontáneos, siempre al compás del brillo de Pedro, su personaje principal.
Hay atrevimiento también al suprimir la información biográfica del protagonista. La consigna es sortear el halo didáctico que suele adormecer el asombro en documentales sobre personajes célebres. Pasando de puntitas sobre el artista consagrado, la directora permite descubrir a un Pedro Friedeberg talentoso y dedicado a su arte, sí, pero sobre todo un hombre encantador bajo el disfraz de gran gruñón: dotado de infinito humor maledicente, Pedro no escatima en dosis de ternura involuntaria que iluminan la pantalla de manera permanente.
Otra osadía: el tono desenfadado de la cinta (ayuda la música original de Giorgio Gampà), que huye de cualquier solemnidad para fundirse con su personaje. Así como Pedro repele la grandilocuencia en su vida (y en su obra), el documental evita tentaciones formales para subrayar momentos decisivos, que los hay. Con todo y su ligereza intencional, Spilk no ha despreciado el contexto histórico en el que se desarrolla la carrera del pintor. Por la pantalla desfilan, en entrevistas o mencionados, figuras centrales del mundo artístico mexicano de la segunda mitad del siglo pasado. Desde José Luis Cuevas hasta Elena Poniatowska pasando por Mathias Goeritz e Ida Rodríguez Prampolini, estos grandes nombres ayudan a dibujar la escena que posibilitó el ascenso de Friedeberg, uno de sus artistas más originales.
Muy pocas cintas logran capturar el surgimiento de “algo”. Además de conocer de manera íntima a un personaje durante un período relativamente largo, Pedro permite al espectador atestiguar la construcción de una relación profunda entre dos personas. Un riesgo gigante del que no siempre se sale bien librado.
Pedro es una producción de Calouma Films, CIMA y Cortes Finos, a cargo de Julia Cherrier, Victoria Gutiérrez, Marion d’Ornano y Liora Spilk Bialostozky.
La entrada Mirar a Pedro Friedeberg se publicó primero en La Tempestad.
from La Tempestad https://ift.tt/N01o583
via IFTTT Fuente: Revista La Tempestad
No hay comentarios:
Publicar un comentario