El tema del jardín ha adquirido protagonismo en años recientes, con la aparición de ensayos y reflexiones en torno a sus implicaciones. Su función ha cambiado dependiendo del contexto político y económico, pero hay una constante: siempre se ha tratado de otorgar un orden a la naturaleza. Partiendo de la filosofía (específicamente de lo que Michel Foucault denomina heterotopías), la muestra En el jardín, organizada por el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO) y la Colección Isabel y Agustín Coppel (CIAC), explora la idea a través de las artes visuales.
El concepto curatorial de Magnolia de la Garza, directora de la colección, propone retomar el espíritu del jardín relacionado a la convivencia, el juego y la contemplación. También, siguiendo al filósofo francés, es abordado como un lugar con funciones específicas que permite momentos de ruptura con las normas sociales establecidas. Así, el jardín y el museo encuentran un punto de conexión: ambos representan aspectos culturales y de poder, y al mismo tiempo ofrecen un espacio de reflexión.
De la Garza explica que llegó al tema al notar que existen varias piezas en la colección que conectan directamente con él, “pero también por la importancia que tiene el proyecto de arte del Jardín Botánico Culiacán para la CIAC y para el coleccionista. Al pensar en el botánico no pude no pensar en las semejanzas que existen entre este tipo de jardines y los museos”.
Diseñada por el estudio arquitectónico LANZA Atelier, la museografía permite organizar el recorrido en una línea que va de la representación a la recreación del jardín, que se entiende aquí en un sentido amplio: del pequeño rincón al paisaje. Desde flores aparentemente naturales esparcidas por el piso en la instalación Graft, del dueto puertorriqueño Allora & Calzadilla, hasta obras en texto, como B/Order, un letrero en neón que juega con las palabras en inglés border y order, del sudafricano Wendell Geers.
Diseñada por el estudio arquitectónico LANZA Atelier, la museografía permite organizar el recorrido en una línea que va de la representación a la recreación del jardín, que se entiende aquí en un sentido amplio: del pequeño rincón al paisaje.
“La selección obedece a los distintos conceptos que fueron surgiendo. La primera idea, y que conforma el núcleo que da origen a toda la muestra, fue crear un jardín habitado por obras de arte y pensar cuáles podían sustituir a las especies vegetales que normalmente los pueblan… Pero también pensamos en distintas tipologías de jardín, qué tipo de monumentos o intervenciones arquitectónicas formarían parte de ellos; luego, al reflexionar sobre aquello que queda fuera, se incorporaron poco a poco más piezas”, amplía Magnolia de la Garza.
El trayecto despliega estudios de botánica, detalles de vegetación, elementos naturales, paisajes: 135 obras de 89 artistas de distintos países. ¿Los medios? Fotografía, pintura, dibujo, escultura, instalación, objetos intervenidos. La curaduría avanza con precisión por algunos nombres que han marcado la historia del arte contemporáneo –Joseph Beuys, Tacita Dean, Abraham Cruzvillegas o Nan Goldin–, sin ignorar el arte moderno, donde encontramos a Tina Modotti, Edward Weston o Man Ray. El rigor no impide momentos de fragilidad, incluso sutileza, como la ilustración del siglo XIX creada por el horticultor británico James Bateman.
La curadora lo explica mejor: “Los jardines son artefactos culturales que implican un diseño cuidadoso, de ahí la sensación de precisión, y dentro de este diseño busca provocar distintas cosas, dejando espacios y momentos más delicados. Por su parte los conceptos de naturaleza y paisaje, también vistos como construcciones culturales, tienen siempre un lado frágil”.
“Creo que el que existan tantas obras bajo esa temática se debe al interés del propio coleccionista por los temas de naturaleza, jardines y paisaje que están también presentes en el proyecto del Jardín Botánico Culiacán”.
Al tratarse de obras de una misma colección, resulta inevitable preguntarse si la CIAC ha construido una ruta de adquisición que apunta a piezas que trabajan la naturaleza, el paisaje y los espacios creados artificialmente para emularlos. Sin embargo, De la Garza asegura que no hay líneas de adquisición trazadas: “Creo que el que existan tantas obras bajo esa temática se debe al interés del propio coleccionista por los temas de naturaleza, jardines y paisaje que están también presentes en el proyecto del Jardín Botánico Culiacán”.
En el jardín es la tercera colaboración entre el MARCO y la Colección Isabel y Agustín Coppel. En 2011 el museo exhibió Blockbuster: Cine para exhibiciones, con obras de cine y video, una práctica recurrente de los artistas del siglo XX, y en 2019 albergó Punto de partida, que ahondó en la idea del pensamiento mestizo para mostrar una lectura del arte contemporáneo internacional. Sin embargo, ésta es la primera vez que la CIAC realiza un proyecto concebido para las salas de la institución regiomontana. La exposición puede visitarse hasta el 3 de marzo de 2024.
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