Organizada por el Centro Cultural de España en México, la Fiesta del Libro “Letras de tránsito”, que se realizará del 23 al 28 de abril, reúne a escritores, editores y gestores para celebrar el día internacional del libro con la intención de que las audiencias entren en contacto con la literatura. Durante su realización, el encuentro desarrollará un programa en el que, entre otras actividades, Margo Glantz y Alejandro Zambra sostendrán un diálogo en torno a la idea del exilio y, también, se hará una lectura del Quijote en diferentes lenguas de México y España; “Palabras al margen: mercado del libro independiente”, por otro lado, complementa el programa al reunir a más de cuarenta editoriales, distribuidoras y librerías independientes.
Eventos como “Letras de tránsito” sirven para dibujar un panorama. No hay duda de que desde hace tiempo la industria editorial atraviesa por una serie de cambios; hacerle frente a los embates no es una tarea sencilla, sin embargo iniciativas como “Letras de tránsito” sirven como catalizadores. Eduardo Rabasa, editor de Sexto Piso, editorial que participará en el mercado del libro, asegura que en los últimos diez años ha crecido la influencia de las editoriales independientes: “El hartazgo ante el estado de cosas, no sólo en México sino como un fenómeno adscrito al totalitarismo neoliberal, ha generado la búsqueda de alternativas en cuanto a la configuración de la narrativa”.
Aunque reconoce que existe una idea de ebullición de la edición independiente, Pedro Hugo Alejandrez, editor de Canta Mares (casa editorial dedicada a la traducción de autores franceses), señala que la creación de grandes bloques editoriales se ha acelerado en el último quinquenio. “En este contexto, que una pequeña editorial sea cobijada por un gran grupo editorial es una vía mejor despejada para crecer y encontrar su propio público; aunque lo importante y por lo tanto más complejo es que el apoyo se sostenga en el tiempo”, considera Alejandrez.
Edgar Alejandro Hernández, director de la Promotora Cultural Cubo Blanco –que ha publicado, entre otros títulos, Abuso mutuo. Ensayos e intervenciones sobre arte postmexicano 1992-2013 (2017), de Cuauhtémoc Medina–, que también tendrá presencia en el evento, asegura que editar libros de forma independiente es una empresa que se suma a la larga lista de empresas culturales que están bajo permanente asfixia. Al señalar que los proyectos independientes llenan los vacíos institucionales, el investigador y editor afirma que “es una proeza librar los contratos leoninos que imponen las dos editoriales que acaparan la distribución y, además, aceptar, sin capacidad de negociación, los descuentos y comisiones de las cadenas que dominan los puntos de venta”.
Una de las actividades más atractivas de “Letras de tránsito” es la charla “Abrir una librería hoy: ¿una locura romántica?, que se llevará a cabo el sábado 27 de abril, a las 18:00 horas, encargada de abrir el diálogo sobre el reto de abrir espacios dedicados a los libros, ya que la literatura es un fenómeno que también concierne a los gestores. “Un esfuerzo que hay que señalar es la creación de nuevos sitios que ofrecen libros de pequeñas editoriales: Casa Tomada y La Increíble Librería (cuyos gestores, al igual que los La Murciélaga y Niña oscura, tendrán un lugar en el panel) revitalizan las experiencias de lectura, son lugares de encuentro con editores, traductores, diseñadores, etc.”, dice el editor de Canta Mares.
“Unos de los aspectos más fascinantes del libro es su lado social: más allá de la lectura solitaria e individual, me parece que la socialización del y a partir del libro ha ido en crecimiento en los últimos años. De la mano de esta socialización vino una explosión de ferias de publicaciones”, manifiesta Eva Posas, editora independiente y curadora de Reading Material, el ala editorial de la feria de arte Material. “Antes había un par de ferias o encuentros para la venta y ahora podemos encontrarnos con varias propuestas en el transcurso de todo el año. Me queda la pregunta de si esas ferias surgen por una demanda de públicos, o bien, por una necesidad de los mismos editores”.
Que cada vez surjan más eventos dedicados a los libros y las editoriales independientes es un esfuerzo apreciable. “Cada evento importa porque por una parte le pone el reto al editor de cómo hacer para renovar, refrescar o refrendar su propuesta, y por otra porque son de las pocas ocasiones en las que los editores pueden convivir con sus lectores”, asegura Rabasa. Hernández, en otro tenor, dice que es muy generoso que espacios como el Centro Cultural de España ponga sus instalaciones al servicio de las editoriales independientes, sin embargo, hace hincapié en que lo importante es la venta de libros. Posas, por su lado, considera de vital importancia la existencia de este tipo de eventos “ya que son espacios sociales y constantes donde te puedes relacionar activamente con el libro”.
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