El proyecto de un museo en París dedicado a Le Corbusier ha desatado una polémica en Francia, donde un grupo de personas –entre las que se encuentran la historiadora Michelle Perrot y el cineasta Jean-Louis Comolli– se oponen a que se celebre la obra del arquitecto, acusado de fascista y de haber estado cerca del régimen colaboracionista de Vicky durante la Segunda Guerra Mundial.
El ministro francés de cultura defendió esta semana el carácter excepcional de la obra de Le Corbusier y declaró que “deja a los historiadores el debate sobre las complicidades del arquitecto de origen suizo con Vichy”.
El grupo opositor, por su lado, acusa al ministro de “ser cómplice de la empresa de rehabilitación de un hombre que se alegró de la derrota francesa de junio de 1940, reclutado por el régimen de colaboración del mariscal Pétain”.
La polémica sobre la filiación política de Le Corbusier no es nueva: en 2015 apareció libro titulado Le Corbusier, un fascisme français, donde el investigador Xavier de Jarcy documenta las simpatías fascistas del arquitecto.
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