“Me gusta que cuando la gente conoce nuestro trabajo dice ¡ah, bailan!, porque nos importa que los códigos sean amigables, que el público sienta empatía con el movimiento de nuestros cuerpos”, expresa Diego Mur (1990), coreógrafo y director del proyecto Nohbords, que esta semana estrenará Dorje en el Museo Universitario del Chopo. Esta pieza, que elabora un rito para curar las experiencias traumáticas, inaugura un nuevo enfoque en el trabajo de Mur (cuyo primer acercamiento con la danza fue a través de los bailes folclóricos y callejeros en su natal Sinaloa), asociado a la fisicalidad como fuerza violenta: se trata de una composición de movimientos alongados y constreñidos que aluden a la pérdida de equilibrio y el vértigo.
En Dorje cuatro bailarines (entre ellos el mismo Mur) ponen en escena una especie de ahogo. “Reconozco la violencia como una característica de mi práctica”, asegura el artista escénico, que siempre ha estado interesado en explorar el cuerpo y su plasticidad (antes de estudiar danza se dedicó a la fotografía).
“Hay una escena en la que miramos hacia arriba, se trata de un momento de sosiego, y luego los cuerpos se vuelven a caer”, adelanta Diego Mur
“Aquí también hay violencia, pero de otra forma, es menos desbordada. Durante la creación de la pieza venían a mi mente ciertos recuerdos. Mi abuela, que es una persona muy religiosa, siempre decía una frase: es la cruz que nos tocó cargar, que sugiere que tenemos que responsabilizarnos del contexto en que nos desarrollamos. Vengo de Los Mochis, un lugar muy violento, algunos de mis primos y compañeros de escuela murieron por meterse al narco. También está el hecho de ser gay: aunque nunca estuve en el clóset, cuando decía cosas como me gusta Gael García, mi mamá me decía no puedes andar diciendo eso y yo le contestaba ¿por qué no? Todo este proceso me ha llevado a preguntarme qué partes de lo que soy provienen de mi educación y cuáles son por convicción. Sí, esta pieza surge, por primera vez, de un lado más personal”, detalla el creador.
Mur asegura que el equipo de Nohbords (proyecto que ha tenido cambios: ahora Homero Fernández Segura funge como director ejecutivo) siente una especial empatía por el Museo del Chopo, donde se presentará la pieza del jueves 22 al domingo 25 de agosto. El coreógrafo destacada la curaduría del museo, que privilegia la exposición de artistas jóvenes, cercanos, todo lo contrario de los inaccesibles íconos del arte contemporáneo: “Como bailarines jóvenes estamos interesados en resolver el cuerpo, en movernos, bailar, explorar ritmos y sensaciones, así que el formato del programa de artes vivas del Chopo nos viene bien”.
Dorje es la primera obra de Mur que presenta desnudos en el escenario, la decisión de desvestir la pieza es evidente, ya que le da un carácter más íntimo. El coreógrafo adelanta otro detalle, que remite al consejo de su abuela de contarle todos sus sueños y problemas a la Luna: “hay una escena en la que miramos hacia arriba, se trata de un momento de sosiego, y luego los cuerpos se vuelven a caer”.
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