Definido como el más depravado y cínico de los realizadores, un auténtico opositor de los buenos modales (tanto sociales como cinematográficos), John Waters fue bautizado por William S. Burroughs como el Papa de la basura. Con 14 largometrajes –entre ellos piezas de culto como Pink Flamingos, Multiple Maniacs, Polyester y Desperate Living– y alrededor de diez libros publicados, Waters es una figura principal de la cultura trash.
En septiembre el realizador, cuya influencia germina como semilla que invita al cuestionamiento de los principios éticos y morales, visitará la ciudad de México para celebrar el séptimo aniversario de Cine Tonalá. Entre sus actividades se encuentran una clase maestra, un show de stand up y una firma de libros. Aquí, una charla con el mítico Waters.
John, eres subversivo, surcaste el subterráneo radical hasta introducirte en el cine comercial sin comprometer tus convicciones, ¿me podrías contar sobre esta hazaña?
Jamás realicé un filme que estuviera fuera de mi concepción de cómo debe ser una película. Nunca comprometí mi integridad, lo que realmente sucedió fue que aprendí a negociar, escalé para hallar mi camino en el sistema de Hollywood. En 50 años no he tenido un trabajo real, incluso mis horas laborales son más que las de un trabajo convencional, es verdad, pero continuó haciendo lo que me gusta. Así he podido hacer todo tipo de películas: underground, de medianoche, independientes; al final terminé haciendo cine hollywoodense underground.
Además del icónico Bobby García, creador del porno gay de marinos, ¿existen otros artistas mexicanos o latinoamericanos que te interesen e inspiren?
Ah, Bobby García, es gracioso que lo menciones, desconozco actualmente su paradero y no creo que nadie en el mundo sepa dónde se encuentra, ¿tú sabes dónde está?
¡No, no lo sé!
Tienes razón, había olvidado que Bobby teñía herencia mexicana, pero regresando al cine, las películas que realizó Buñuel en México fueron muy importantes para mi formación, me marcó en especial Los olvidados. Este año estuve en Argentina y tuve el gusto de conocer a Isabel Sarli, la vedette que realizó todas esas películas sexuales softcore de los años sesenta: Favela, La diosa impura, Lujuria tropical y Carne; ella fue una gran influencia en Divine y en mí, las películas extranjeras me han aportado más que cualquier producción realizada en los Estados Unidos.
¿Tienes alguna cinta favorita dentro de tu filmografía?
Creo que Serial Mom (1994) es probablemente la mejor película que he realizado y también Female Trouble (1974), que fue el vehículo perfecto para Divine, pero en verdad todas me gustan, no me dejo llevar por su éxito comercial. Justo acabo de regresar de Suiza, del Festival de Cine de Locarno, donde recibí el Pardo de Honor, y me preguntaban qué película quería exhibir; comenté que lo mejor sería elegir una que no fuera tan conocida por el público para buscar enganchar a nuevos interesados con piezas que no cuentan con el apoyo de los estudios grandes.
A 31 años del fallecimiento de Divine, que fue tu actriz fetiche, su figura continúa tomando fuerza y relevancia. ¿Qué opinas de eso?
Sí, es muy triste porque tienes razón, Divine se ha estado haciendo más y más famosa. Debería estar aquí, créeme, defendiendo su posición. Aunque ya no está, está presente por medio de todos esos filmes y es genial que las nuevas generaciones, en especial la gente más joven, la estén descubriendo y que puedan sentirse identificadas e impulsadas a actuar por su trabajo. Es increíble que a pesar de los años no se haya desvanecido su presencia en la memoria el público; de muchas maneras considero que es gran influencia para las drag queens de todo el mundo; con los años se hizo más atemporal, más graciosa y original. Divine nunca fue kitsch siempre fue punk, mucho antes de que existiera algo así.
Tu libro John Waters Director’s Cut se adelantó a su tiempo, ahí predijiste una tendencia actual, la del screenshot. Se trata de un gran documento y me parece que no es tan popular. ¿Qué lugar ocupa esta pieza en tu obra?
Fue el primer libro conceptual que publiqué. Como sabes tengo diferentes carreras artísticas, el cine solo es una de ellas, también cuento con tres o cuatro catálogos artísticos. En 2004 tuve una retrospectiva en el New Museum de Nueva York llamada Change of Life, donde se exhibieron las capturas que presento en el libro. En ese rango tengo otro material publicado en 2018, Indecent Exposure.
He pasado una gran parte de mi vida haciendo esto, quizá desde 1992. Para mí solo es otra forma de contar historias, que es realmente lo que amo hacer, no importa si es hablando, haciendo películas, escribiendo libros, lo que necesito es contar historias.
«Amo a Bruno Dumont y Gaspar Noé, me gusta Lars Von Trier y disfruto de cineastas norteamericanos como Todd Solondz, gente que causa problemas, gente que paga el precio de sus convicciones»
Crackpot o Majareta en español fue el primer de tus libros en ser editado en nuestra lengua, luego se tradujeron Make a Trouble (Cómo Liarla), Role Models (Mis modelos de conducta) y Carsick. ¿Existen planes de traducir el fundamental Shock Value?
A Shock Value, mi primer libro, le tengo una especial estima; sabía que existan planes de traducirlo, pero nunca se sabe. De hecho jamás se descontinuó en Estados Unidos, siempre se reimprimió y está disponible desde su salida en la década de los ochenta, es una obra que se mantiene estable. Me gustaría que se traduzca mi libro más reciente, Mr. Know-It-All: The Tarnished Wisdom of a Filth Elder, que salió este año. Tengo fe en que ambos lleguen a México.
Eres amante y gran conocedor del cine clásico, ¿cuál es tu perspectiva del cine actual, admiras a algún realizador contemporáneo?
¡Claro! Amo a Bruno Dumont y Gaspar Noé, me gusta Lars Von Trier y disfruto de cineastas norteamericanos como Todd Solondz, gente que causa problemas, gente que paga el precio de sus convicciones. La verdad es que hay muchos y por eso continuó consumiendo constantemente nuevas películas, las veo en el cine, en al aeropuerto, en la televisión, no me importa dónde sea, lo que quiero es verlas.
En tus primeras películas y libros hay una gran influencia de la familia Manson, en Role Models explicas que en cierta etapa no tuviste la sensatez para abordar como se debía una tragedia como aquella, ¿cuál es tu perspectiva actual a casi dos años de la muerte de Charles Manson y a 49 de los casos Tate/La Bianca?
En parte es verdad, es una situación terrible. Estoy muy unido a Leslie Van Houten, una de la ex chicas Manson que estuvo condenada a muerte, que se ha esforzado en ser una convicta ejemplar, y lo es. Leslie, que solo tenía 19 años cuando sucedieron los crímenes, se encuentra arrepentida de su pasado; agradece que las juventudes actuales no conozcan como tal la figura de Manson.
Por otro lado, ese hecho fue el momento en norteamérica en que se quebró el modelo de familia: Manson torcío uno de los conceptos sagrados del ideal estadounidense capitalista y lo resignificó, creando una paradoja del concepto donde la unión familiar también podía ser monstruosa. Soy culpable de utilizar esos eventos de forma cómica e insolente en mis películas, en Multiple Maniacs, Divine y su pandilla de Dreamland se adjudican los asesinatos de Sharon Tate; Pink Flamingos está dedicada a las chicas Manson Sadie, Katie y Les; Female Trouble fue dedicada a Charles Tex Watson, el joven que cometió los actos más brutales de la familia. Con el tiempo me dejó de interesar Manson y puse mi atención en sus discípulos (a quienes manipuló), que despertaron de la pesadilla.
El caso se sitúa en el origen de la aceptación de la disfunción familiar. La familia estadounidense es bastante distinta en la actualidad, ya no es rígida, ahora es flexible, y eso es muy saludable porque la familia es cualquier tipo o clase de grupo donde los integrantes se apoyan, estiman y aman.
¿Qué opinas del controversial pleito entre la descendencia de Manson?
(Risas) Claro, ese documental Charles Manson: The Funeral, de James Buddy Day, que salió este año, es la cereza de la explotación de una tragedia estadounidense que ha sido contada una y otra vez, me parece que la cinta de Quentin Tarantino Érase una vez en Hollywood en verdad le da un nuevo giro a la historia, es buena película, pero no lo sé, en mi opinión es un tema ya muerto.
Siendo un coleccionista obsesivo de libros, filmes y discos ¿qué opinas de los sistemas de streaming tan populares hoy como Amazon, Netflix o Spotify?
Estoy feliz por la accesibilidad que ofrecen. Creo que está bien, me gustaría hacer una película para Amazon, por ejemplo. Sin embargo yo prefiero totalmente, por decir algo, los CDs, porque disfruto las portadas, el empaque, las cajas, amo los artes. ¿Qué vamos a coleccionar del streaming?, ¿qué vamos a poner en un museo? Me gusta lo material, lo físico, me gusta leer libros porque me gusta sostenerlos y sentirlos. Por otro lado no me importa cómo la gente consuma mis libros o mis películas, la manera en que lo hagan seguro es la mejor para ella.
¿Sigues firme en tu idea de no volver a ver por segunda vez una película que te fascinó por miedo a decepcionarte?
Supongo ya no soy tan estricto, era un statement que tenía antes de la magia del DVD, y prácticamente cuando amo una película trato de no verla una y otra vez, sin embargo es obvio que la gente ama ver películas repetidamente, por eso las copias digitales fueron un negocio tan exitoso; cuando yo era joven no existía aquello, por lo regular se estrenaba una película y estaba disponible dos o tres semanas para luego moverse a otra ciudad y tal vez después de uno o dos años regresaba para una segunda ronda en localidades urbanas y, finalmente, desaparecer para siempre, nunca más la volvías ver, no existía eso de regresar y adelantar o ver los extras donde te cuentan cómo se hace la magia de los efectos especiales. Creo que todas las épocas son especiales de alguna manera, no soporto a la gente que dice era mejor cuando yo era niño, las cosas se ha hacían de otra forma. Todo eso ya no importa, para mí lo que suceda mañana siempre será lo más interesante.
Tu obra ha generado confianza y ha empoderado a miles de criaturas que se sentían desamparadas en un mundo dominado por la homofobia, la transfobia, la misoginia y el machismo. ¿Has reflexionado acerca del impacto que tu obra ha tenido en la cultura?
Siempre me siento impresionado por ello. Cuando voy a cualquier parte del extranjero trato de comportarme porque todas esas personas saben quién soy (risas) y, claro, con frecuencia se acercan y me dicen cosas como salvaste mi vida, de joven vi tus películas y me hiciste sentir que podía continuar; eso es realmente lindo, pero no permito que se me suba a la cabeza. Me hace feliz saber que las historias que he contado tienen la suficiente fuerza para pasar a la siguiente generación, es importante tener a la gente joven de tu lado, porque la gente que te hizo famoso en tus inicios morirá.
Mientras redactaba estas preguntas, escuché mis discos de Little Richard (a quien admirabas tanto) y el Swing Softly de Johnny Mathis. Agradezco infinitamente tu paciencia y tiempo, ardo en deseos por tu visita a México, gracias por tanto.
¡Muchas gracias a ti! En verdad es triste lo de Little Richard, es un hombre serio y cuadrado con el cabello blanco que viste trajes de señor convencional, además es una de las personas más anti-gay que he conocido, es preferible que lo recuerdes como lo escuchaste: brillante y escandaloso, saltando imparable; Johnny Mathis, por otro lado, sigue siendo cool, lo vi este año y está muy bien.
Las actividades de Waters en México incluyen la presentación del stand up This Filthy World, programada para el 20 de septiembre en SALA; una firma de autógrafos de sus libros Mis modelos de conducta y Carsick (ambos editados por Caja Negra), en la terraza de Cine Tonalá, que se realizará el 21 de septiembre; al día siguiente, una clase maestra en el mismo recinto que contará con la participación del crítico Jesus Iglesias.
Los boletos para las actividades ya están disponibles aquí.
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