Aunque todavía existen editoriales dedicadas a la publicación exclusiva de libros de horror o relatos extraños es llamativa la manera en que algunos títulos se han filtrado a catálogos más heterogéneos. La editorial española Acantilado, por ejemplo, no dejó pasar hace un par de años la oportunidad de agregar a su colección de narrativa algunos de los libros más destacados de H.P. Lovecraft. Es un buen ejemplo (aunque tal vez un poco obvio) de la manera en que obras aparentemente marginales encuentran su camino hacia el gran público. Este mes la editorial argentina La Bestia Equilátera –que ha publicado lo mismo a Arno Schmidt que a autores de novelas de detectives– ha puesto a circular también una novela extraña, de género fantástico, que no ha tenido la difusión que se merece, pensando en el impacto que tuvo en autores como Kafka: El otro lado (1908), de Alfred Kubin, que también fue ilustrador. En nuestra lengua la novela se ha publicado en Círculo de Lectores, Labor y Siruela (donde apareció en 1988, con el título La otra parte, en traducción de Juan José del Solar; la misma que habría de reeditarse en 2003 por Minotauro). Ahora se publica en una nueva traducción, a cargo de Gabriela Adamo.
No se trata del único título de Bestia Equilátera reciente que pone atención a la literatura de género, también tradujo Los elementales (1981) de Michael McDowell (en versión de Teresa Arijón), una novela que se inscribe en la larga tradición, más o menos oculta, de relatos sobre casas encantadas (hay novelas de Henry James o Shirley Jackson que han explotado el tema, pero también de autores más populares como Edward Bulwer-Lytton o Richard Matheson). McDowell, quien escribió guiones para series como Historias del lado oscuro o Alfred Hitchcock presenta, añade a esta tradición la riqueza del gótico del sur norteamericano. Será interesante observar cómo estos dos libros conviven en un catálogo en el que se encuentran autores como J. Rodolfo Wilcock u Osvaldo Lamborghini, entre otros.
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