“La fotografía es como pescar, levantas el objetivo y a veces hay algo, en otras ocasiones no hay nada”, dice Santiago Arau. Con sus imágenes aéreas, Arau ha documentado la vida de la Ciudad de México, urbe a la que se puede considerar la protagonista de su narrativa; desde hace 5 años el fotógrafo ha utilizado las redes sociales para documentar hechos como el sismo de 2017, los índices históricos de contaminación y recientemente las protestas de las mujeres. En noviembre, de la mano de BBVA y Sexto Piso, Arau publicará su primer libro (un proyecto que contempla al país entero) y, además, en febrero de 2020 tendrá su primera exposición individual en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
Aficionado a observar las fotos de la NASA, Arau vio una oportunidad para afinar su mirada como artista con la ayuda de la tecnología de los drones. “Algunas fotos mías parecen satelitales, pero las tomé desde mi patio”, dice Arau. Hace unos años este tipo de imágenes eran infrecuentes, ya que sólo se podían hacer rentando helicópteros, lo cual era poco práctico y demasiado caro.
“Pertenezco a la última generación que nació sin Internet, tecnología que cambió todo, incluida nuestra forma de pensar. Estoy en la frontera de las formas de divulgación del pasado y las nuevas, es una mezcla entre lo digital y lo material. Algunas personas muy jóvenes me podrán decir ¿para qué quieres tener un libro? Se trata de un proyecto soñado para cualquier fotógrafo. El tipo de imágenes que hago son relevantes porque son las primeras veces que podemos observar la ciudad de esta manera, desde las alturas. Mi trabajo habla del momento en el que estamos viviendo: si algo ocurre ahora mismo, levanto el dron desde aquí (fue por eso que decidí establecerme en el Centro). Es posible hacer todo esto gracias a las herramientas que nos da la tecnología”, dice el fotógrafo, que comenzó su labor hace más de 15 años.
La aproximación de Arau no desestima la dimensión estética, en sus imágenes la simetría tiene un valor particular, ya que le interesa el orden que se puede encontrar en el caos de la ciudad, es decir, jugar con la los encuadres y la iluminación.
Aunque es conocido por utilizar las redes sociales para difundir su trabajo, Arau está interesado en crear un discurso y una narrativa que se complete con cada imagen que comparte. “Subirte a la ola de las redes es necesario, pero con cuidado, porque te puede revolcar. Constantemente me pregunto con qué sentido comparto contenido luego de 30 o 40 minutos de que tomé una imagen. Al postear una foto, siempre anoto la fecha del día porque me interesa crear una especie de bitácora, una crónica de la ciudad. Ahí están los momentos de esplendor de las jacarandas o el gris de la contaminación. Hay imágenes que tienen mayor impacto, eso sí: una de las que he estado pensando mucho es la de la columna del Ángel de la Independencia con las protestas de las mujeres, hay algo muy potente ahí porque las pintas parecen una obra de arte, como si su composición se hubiera pensado antes, aunque no fue así, simplemente es la expresión del enojo que transmite muchas emociones”, explica.
Las imágenes de Arau se viralizaron hace dos años: sus testimonios de la destrucción que generó el sismo del 19 de septiembre de 2017 lo volvieron célebre. Esta serie, que compartió de forma gratuita a través de sus redes sociales, dio pie al documental Ciudad herida (2018), que co-dirigió con Diego Rabasa, que fue nominado al Ariel. Ahora este trabajo fílmico está considerado para el premio Emmy en la categoría “New Approaches: Arts, Lifestyle and Culture”, como parte de A Moment in Mexico, una serie documental producida por The New York Times.
A la espera del anuncio de los ganadores, que se hará el 24 de septiembre, aquí, una serie de imágenes de Arau.
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