La pintura siempre vuelve, encuentra modos de afirmar su pertinencia en el contexto plural del arte contemporáneo. Álvaro Blancarte (1934-2021), uno de los pilares de la plástica del norte de México, declaró en una entrevista: “A la pintura la relaciono no con un material o con una técnica simplemente; la considero algo más amplio, más allá de lo que te pueden enseñar en una escuela”. Con la idea de una “técnica madre”, en 2016 presentó a la Secretaría de Cultura la propuesta que terminaría materializada en la actual Trienal de Tijuana, cuya primera expresión tuvo lugar en el Centro Cultural Tijuana (CECUT) con una amplia muestra inaugurada en octubre de 2021.
“Lo pictórico es una imagen que está en este mundo, pero que sugiere que la imagen que tenemos naturalmente del mundo está inconclusa sin las imágenes artificiales. Lo pictórico es la alteración de las imágenes dadas”, amplía Heriberto Yépez –que participó en la conceptualización del evento junto a Blancarte– en un ensayo incluido en el catálogo publicado este año para registrar los trabajos participantes en la primera edición del certamen. El libro aparece en paralelo a Trienal de Tijuana: 2. Internacional Pictórica, exposición abierta al público el 2 de agosto que, en palabras de su coordinador, Roberto Rosique, la consolida como “uno de los certámenes más importantes de Latinoamérica”.
Premio único: Samara Colina, Pese a todo, la alegría del encuentro (2023). Cortesía del Centro Cultural Tijuana
La Trienal destaca por su singular método de elección de las obras ganadoras: “se realiza mediante un voto tripartito: uno del curador invitado, otro del artista seleccionado y uno más de la comunidad. Este último, de particular relevancia, permite una participación activa del público, una característica sin precedentes en el ámbito artístico”, explica Rosique. En esta edición Humberto Chávez Mayol fue el curador invitado, responsable de seleccionar diez piezas para el proceso de votación tripartita. Con la obra Pese a todo, la alegría del encuentro, Samara Colina resultó ganadora del premio único; María Orozco y Enrique Rubio recibieron las menciones honoríficas.
Con la obra ‘Pese a todo, la alegría del encuentro’, Samara Colina resultó ganadora del premio único; María Orozco y Enrique Rubio recibieron las menciones honoríficas.
Cinco salas del CECUT cobijan 86 trabajos procedentes de 15 países, seleccionados entre más de medio millar de propuestas por la brasileña Leonor Amarante, curadora en jefe de esta edición de la Trienal de Tijuana, con experiencia en las bienales del Mercosur (Porto Alegre), de Curitiba o del Fin del Mundo (Ushuaia). Destaca de la muestra el enfoque diverso, pues reúne a “artistas de diferentes partes del mundo cuyas obras exploran temas sociopolíticos y metodologías personales. Crear un proyecto de esta magnitud es un hecho importante para cualquier país”.
“Lo pictórico no comienza ni se acaba con la pintura. Considerar lo pictórico como sinónimo de pintura o cuadro es impreciso. Como primer punto de partida necesitamos abandonar el modernocentrismo de creer que lo pictórico y el arte de la pintura son equivalentes. Lo pictórico ya existía antes de la reciente invención del cuadro. Antes del arte, los sueños son la prueba de que desde tiempos inmemoriales el animal imagina pictóricamente: (re)crea y relaciona imágenes hacia una realidad alterna, que desea ser autónoma. Lo pictórico antecede al arte”: así comienza el ensayo de Heriberto Yépez en el catálogo Trienal de Tijuana: 1. Internacional Pictórica, que permite entender las ideas que sustentan el certamen.
“Lo pictórico no comienza ni se acaba con la pintura. Considerar ‘lo pictórico’ como sinónimo de ‘pintura’ o ‘cuadro’ es impreciso”: Heriberto Yépez.
Además de las obras premiadas de los mexicanos Samara Colina, María Orozco y Enrique Rubio, los visitantes del Centro Cultural Tijuana podrán conocer trabajos de, entre otros, Geoneide Brandão (Brasil), Sofía Saavedra (Venezuela), Peggy Sivert (Estados Unidos), Claudia Casarino (Paraguay) o René Gómez Ome (Colombia). La muestra permanecerá en exhibición en las salas 1, 2 y 3 de El Cubo, así como las salas Marta Palau y Planta Baja, hasta febrero de 2025.
Mención honorífica: María Orozco, Después de 10 años entre el mar y mi afecto nos volvimos a encontrar (2023)
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