“Escribir estas memorias no es hablar solamente de mí, se trata de un testimonio de la época”, dijo Simone de Beauvoir (1908-1986) en 1964 sobre sus escritos autobiográficos. Hace unos días la autora francesa se convirtió en la décimo cuarta mujer en formar parte de la Biblioteca de la Pléiade, el proyecto editorial creado en 1931 por Jacques Schiffrin. Esta colección, de la que forman parte 209 autores masculinos, es un referente en términos de prestigio tanto editorial como literario que agrupa las obras completas de sus autores. La constelación de la Pléiade, que significa la consagración literaria de cualquier escritor, aglutina nombres como León Tolstoi, Miguel de Cervantes, Marcel Proust, Albert Camus, Joseph Conrad, Karl Marx, Jorge Luis Borges, etc.
Jane Austen, Thérèse d’Avila, Anne, Charlotte y Emily Brontë, Colette, Marguerite Duras, Madame de La Fayette, Nathalie Sarraute, Madame de Sévigné, Madame de Staël, Virginia Woolf y Marguerite Yourcenar son las autoras que forman parte de la colección literaria, a la que se suma Beauvoir. La entrada de la autora a la biblioteca ha sido recibida con entusiasmo, aunque algunas voces condenan la escasa presencia femenina en la misma. “Este extraordinario panteón de la literatura mundial ha reducido a las mujeres, es decir, más que una porción congruente para todos los que han dirigido esta colección las mujeres no existen en la literatura”, considera Jean-Yves Mollier, profesor emérito de historia contemporánea.
Mémoires (2018), la nueva adición de la Pléiade, aglutina Memorias de una joven formal (1958), La plenitud de la vida (1960) y La fuerza de las cosas (1963). En todas estas obras la autora francesa relata su formación y emancipación. “Una autobiografía comprende un enfoque psicológico y una memoria parte de un aproximación histórica, sociológica”, asegura Jean-Louis Jeannelle, que dirigió los dos volúmenes que agrupan las obras biográficas de Beauvoir en la biblioteca.
A propósito de esta noticia se comentan algunos libros de la trayectoria de la autora francesa que se proponen como una introducción a su obra.
La invitada (1943)
La primera novela de Simone de Beauvoir cuenta la historia de Pierre y Françoise, que forman una pareja tan admirada como envidiada por quienes la rodean. Françoise siente un interés especial por Xavière, una chica que intenta definir su futuro. La actitud de la joven lleva a Françoise a cuestionar su existencia con Pierre para asumir su libertad. Este trabajo –inspirado en el triángulo que formaron la francesa, Jean-Paul Sartre (con quien mantuvo una relación) y Olga Kosakiewics– sirve a Beauvoir para cuestionar el modelo burgués de pareja y familia.
Memorias de una joven formal (1958)
Esta obra –en la que la autora describe los primeros veintiún años de su vida– es una expresión de anticonformismo de cara a la sociedad de su época. Simone de Beauvoir, que nació en el seno de una familia burguesa sin dinero, cuenta aquí cómo se orientó hacia la filosofía. La elección de un destino y el deseo de convertirse en alguien son algunas de las características que resaltan en este puñado de memorias.
La mujer rota (1967)
Este libro aglutina tres novelas cortas de la francesa: “La edad de la discreción” –en la que la protagonista es una intelectual de unos sesenta años que al principio se presenta como una mujer de convicciones fuertes; conforme avanza la narración, sin embargo, se vuelve cada vez menos segura de sí misma al revelar dificultades en el ámbito familiar y profesional–, “Monólogo” –sobre una mujer divorciada en contra de una sociedad que no valida su vida– y “La mujer rota” –que presenta a un ama de casa que a través de la escritura de un diario intenta comprender el crecimiento de sus hijas y la angustia que le produce el engaño de su esposo.
El segundo sexo (1949)
Este conocido ensayo de Beauvoir, que escribió a los 41 años, se divide en dos tomos. Fue escrito a la manera de las enciclopedias, con el propósito de explicar el mayor número de cosas a detalle. “Empecé a soñar, a tomar notas; hablé con Sartre. Me di cuenta de que había parecido una primera pregunta: ¿qué significa ser mujer?”, explicó en su día la autora sobre la génesis de esta obra. El segundo sexo, considerado una obra esencial de la filosofía feminista, es un trabajo abundante en referencias literarias, históricas, sociológicas, biológicas y médicas.
La vejez (1970)
A partir de numerosos ejemplos políticos, sociales, existenciales, filosóficos y psicológicos, Beauvoir aborda el envejecimiento y la muerte en las sociedades antiguas, primitivas y modernas en Francia y de otros países occidentales. Este ensayo de filiación marxista es un texto visionario que anticipó los problemas demográficos del presente: el descenso de la tasa de natalidad y el envejecimiento de la población.
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