miércoles, 23 de mayo de 2018

Festín escénico en el Chopo

El Museo Universitario del Chopo presentará esta semana el festival multidisciplinario de artes escénicas Encender un Fósforo. El encuentro plantea el entendimiento de la danza, el performance, la instalación, el video, el arte sonoro y la escritura desde el punto de vista coreográfico. Durante el ciclo, que se realizará del 25 al 27 de mayo, se podrán ver piezas de la argentina Amalia Pica, la chilena Rosa Landabur y el mexicano Juan Alberto Montes.

Las actividades de Encender un Fósforo comenzarán el viernes con Nuevo Zoologique Mexicano, de Landabur, directora de teatro. Esta propuesta es una de las piezas de mayor interés del festival. Ésta se inspira en la exposición Jardín Zoologique d’Acclimatation, que se montó en 1881 en París, en la que se exhibieron distintas poblaciones indígenas del mundo ante la sorpresa y el divertimento de los espectadores europeos. La obra de Landabur utiliza el cuerpo para explorar lo diverso, la perversión y las relaciones de poder existentes entre un ser expuesto y su espectador. Ese mismo día se verá ¿Cómo se zapatea un gol?, de Montes. La obra parte de la premisa planteada por el escritor Eduardo Galeano –que estableció que el gol es el orgasmo del futbol– para reflexionar acerca de la naturaleza del deporte, su significación cultural y familiar, así como la relación directa que tiene la disciplina con la construcción de comunidad.

El sábado, por otro lado, se presentará Estridencia y autoconstrucción, de los artistas Paola Eguiluz, Iván Navarrete, Laura Martínez, Huberta Márquez y Gaber Lugo, que ahonda en las estrategias adoptadas por la población de las periferias de la Ciudad de México. Conceptos como las apropiaciones espaciales, los largos desplazamientos diarios y la continua expansión urbana se exploran a través del cuerpo y de esculturas habitables, simbólicamente representadas a través del vestuario. Ese mismo día, también, se verá Sabi, del Colectivo Moho (integrado por las mexicanas Mariana Landgrave y Julia Barrios y la argentina Flor Firvida), que consiste en la realización, a lo largo de seis semanas, de un tejido hecho con manzanas, mismo que se continúa durante la presentación. Como una metáfora del paso del tiempo, la instalación performática hace uso de la belleza de la descomposición para recordar la naturaleza finita del ser humano.

La programación del festival culminará el domingo con la presentación de dos obras performáticas: por un lado, Ensayos Fakeclóricos, de los mexicanos Patrick Trigoso, Carmen Maya, Alberto Montes y Rolando de Namzug y la chilena Rosa Landabur, que utiliza el escenario para cuestionar los conceptos de identidad, nacionalidad y folklore atribuidos a la tradicional técnica del zapateado; por el otro, Asamble, de Pica, consiste en un performance participativo en el que se integrarán un grupo de personas que forman una asamblea que no termina de concretarse. La acción, que utiliza al círculo como un elemento de reunión, cavila sobre los métodos de organización de las sociedades democráticas.



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