El Ninot, una escultura hiperrealista de Felipe VI, construida en un taller fallero, ha despertado polémica en la feria de arte ARCO Madrid. La pieza, que tiene una altura de 450 cm, es una colaboración entre Santiago Sierra y Eugenio Merino. ¿La condición para adquirir la obra? Que el comprador la queme antes de que pase un año.
La obra de Sierra y Merino, ambos de nacionalidad española, se puede ver en el stand de la galería Prometeo, que dirige la italiana Ida Pisani. Al hacerse con El Ninot, el comprador está obligado a firmar un contrato que establece que la pieza debe destruirse. Pisani también ha contribuido a la controversia al declarar que de vez en vez la obra se perfuma con la colonia favorita del monarca español.
El año pasado, también en ARCO Madrid, Sierra presentó Presos políticos en la España Contemporánea, obra que fue retirada de la feria. Al mostrar 24 retratos pixeleados de diversos líderes presos, la propuesta del español no fue bien vista por personas no identificadas que presionaron para que la obra fuera depuesta. 245 Kubikmeter (2006) es otro de los trabajos de Sierra que ha sido condenado por grupos conservadores; la obra consistió en invitar al público a visitar una sinagoga en Alemania que se llenó de gas tóxico; el recorrido por el espacio, que denunció la trivialización del Holocausto, debía hacerse portando una máscara de gas. Merino también es polémico a su manera: en 2016 dio a conocer Damaged Goods, una escultura que representan la cabeza de Trump dentro de una caja con la advertencia de “producto peligroso”.
Arco Madrid, que hoy inicia sus actividades, se desarrollará hasta el 3 de marzo.
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