La violencia, las dinámicas familiares y la cetrería son algunos de los temas recurrentes en la producción artística de Miguel Calderón (Ciudad de México, 1971).
La caza con halcón, por ejemplo, está presente en las últimas dos incursiones tras la cámara del artista. En el FICUNAM de este año se estrenó Zeus (2017), su primer largometraje, que explora el edipo de un joven cetrero, interpretado por el escritor Daniel Saldaña París. El video Camaleón (2017), por otro lado, toma su nombre del personaje al que sigue, un cetrero amigo de Calderón. La pieza forma parte de Caída Libre, muestra que ahora se encuentra en la galería Luhring Augustine en Nueva York, después de haber pasado por Kurimanzutto a inicios de este año.
“Quiero sumergirme a fondo en el mundo de la cetrería debido al interés que esta práctica genera en las relaciones simbióticas entre seres humanos y animales. Mi intención es llevar este estudio al límite. Hasta no alcanzar esta meta no creo cambiar de tema.
Caída Libre no existiría sin Zeus. Fue un exorcismo. Zeus tenía un presupuesto y una compañía productora y esto resultó en una serie de retos a los cuales yo jamás me había enfrentado. Cuando acabé el rodaje tuve que hacer Caída Libre por necesidad personal: sin presupuesto y con un equipo de trabajo mínimo, al cual admiro profundamente por la fe que mostraron para llevar el proyecto a sus últimas consecuencias. La única premisa fue documentar a mi amigo Camaleón. Quería estudiar el paralelismo entre la caída libre del halcón peregrino y la caída de Camaleón, que al desvanecerse pierde la consciencia, se convulsiona y se vuelve violento”, dice Calderón en conversación con La Tempestad.
En el video el halcón representa un escudo para el cetrero, quien se resiste a enfrentarse a la realidad. ¿Cómo surgió la idea de yuxtaponer los conceptos libertad/dependencia y animalidad/humanidad?
Camaleón tuvo que vivir una realidad muy cruda durante su infancia, su padre, un policía de alto rango, abandonó a su familia. Acabó trabajando como cadenero en antros de la Ciudad de México, donde tenía que apaciguar la violencia de los asistentes con su agresividad.
El halcón ha funcionado para él como un ansiolítico para enfrentarse a un entorno incómodo, es un medio para obtener una sensación de libertad en la sofocante Ciudad de México. Yo también viví una realidad incómoda durante mi pre-adolescencia y la pude amortiguar gracias a la presencia de un halcón. Entender los instintos de un animal salvaje a esa edad me permitió comprender muchas cosas acerca de la naturaleza humana que no enseñan en la escuela.
Zeus tiene un sentido narrativo, alejado de la contemplación con la que se relaciona al arte contemporáneo, ¿por qué?
Mi enfoque siempre ha sido el arte experimental, así que hacer una película narrativa es lo más experimental que he hecho, aunque entiendo que sin ese contexto la película es “narrativa” para los ojos externos. A veces necesito explorar el medio para poder liberarme de él, sin embargo no tengo reglas para hacer mi trabajo, lo único que hago es obsesionarme con él. No sé si mi próximo proyecto será narrativo, experimental o una comedia. Después de hacer Zeus, de tono serio, me gustaría explorar el sentido del humor mucho más a fondo, aunque nunca sé claramente en qué acabará un proyecto y esa incertidumbre es lo que más me interesa como realizador.
La madre que retratas en Zeus es controladora y el hijo se deja controlar; al mismo tiempo ninguno de los dos parece preocupado por cuestiones financieras…
Es un tema latente y difícil de explorar. No quería hacer una película sobre cómo un adolescente se relaciona con su madre porque los jóvenes siempre contagian cierta simpatía debido a las dificultades que enfrentan al pasar de niños a adultos. En este caso me parecía un reto más grande explorar la situación incómoda de un adulto que vive con su madre. Al investigar descubrí que incluso gente adulta cercana a mí aún vive con sus padres. Un halcón criado por un humano desde los inicios de su vida ve al cetrero como si fuera su madre. Me interesó cómo esto se prestaba para una exploración visual de la relación de dependencia del protagonista con su madre. Por otro lado, elaboré una historia íntima acerca de una familia disfuncional de clase alta en México, pero sin hacer una caricatura.
Con respecto a las herramientas que usan los cetreros, ¿encuentras alguna relación entre su diseño con la estética de esculturas o piezas de arte contemporáneo?
En los años que llevo relacionándome con la comunidad de cetreros mexicanos he notado que las perchas tienen un aspecto escultural y cada una representa la personalidad del cetrero, que trata de satisfacer las necesidades de su ave. Para esta exposición decidí sacar esos objetos de su contexto original para recrea el espacio de reposo y comunión que surge entre el hombre y su halcón después de cazar una presa. El cuarto de Camaleón muestra su entrega absoluta por las aves y de qué forma su vida está construida alrededor de éstas. Las paredes son de color negro y están llenas de mierda de pájaro: remiten a la obra de Jackson Pollock. Hice un paralelo entre los objetos de uso práctico de los cetreros y el arte contemporáneo al resaltar ciertas similitudes estéticas, sin embargo tienen utilidades completamente diferentes.
Caída libre estará vigente hasta el 29 de julio en la galería Luhring Augustine.
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