Tres adolescentes afroamericanos de Bedford Stuyvesant –Bed Stuy, como se le llama coloquialmente a este céntrico barrio de Brooklyn– son acribillados por la policía, que los ha confundido con criminales. Uno de ellos, Kareem Jenkins, sobrevive para descubrir un secreto del cual forma parte: solo las personas de raza negra tienen superpoderes. Se trata de la novela gráfica Black, que se ha dado a conocer en el mundo como el primer cómic con protagonistas negros escrito y realizado por negros. Detrás del proyecto se encuentra el escritor neoyorquino Kwanza Osajyefo.
El primer número del volumen I se publicó en octubre del año pasado y hace un par de días salió el número seis, con el que cierra. Black consta de una extensión de 120 páginas y es publicada Black Mask Studios, que ya trabaja en dos series más para formar una trilogía que complete esta exitosa primera entrega.
¿Qué hay detrás de Black?, ¿qué la ha motivado? Primero, la pasión por los cómics del escritor Kwanza Osajyefo, que sobrevivió, como él ha contado varias veces, a las desilusiones que le dejó trabajar en las casas Marvel y DC, al inicio de su carrera. Malas experiencias —como la desatinada cancelación de su serie multipremiada Zuda— derivaron en una frustración creativa que por poco lo lleva al retiro. Lo único que mantuvo viva la llama fue una idea que tuvo hace casi nueve años y que gracias a una campaña exitosa en la plataforma Kickstarter pudo llevar a cabo: Black.
Osajyefo se rodeó de antiguos colaboradores, como Tim Smith 3, Jamal Igle, Khary Randolph y Sarah Litt, quienes también han tenido que sobrevivir a las editoriales que solo buscan repetir historias de superhéroes para complacer a un sector tradicional de lectores.
Los creadores han remarcado que la publicación no trata el tema de la diversidad como una moda abordándola desde la inclusión. Protestas como las que se desarrollaron a partir de la tragedia en Ferguson en 2015 les dieron el valor de proponer su tesis (la supremacía negra) como una catarsis a una problemática social. Con esta misma idea, decidieron adoptar un formato en blanco y negro y evitar los rostros genéricos, que son utilizados en cómics para retratar personas afroamericanas: “cuando trabajas por tanto tiempo en la industria del cómic comienzas a olvidar cómo dibujar los rostros que ves día con día en el espejo o tu vecindario”, comentó Smith 3 al New York Times. “Jamel Igle y yo dibujamos esta novela sobre personas como nosotros luciendo como nosotros”.
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