Presente de las Artes en México aspira a producir una instantánea que permita rastrear algunos rasgos salientes del arte de los últimos tiempos; nuestra selección consta de 12 artistas que están cambiando las formas expresivas y reorientando la discusión.
“La estética del diseño contemporáneo se ha simplificado tanto y la producción artesanal se ha convertido en una tendencia tan marcada que es difícil distinguir propuestas valiosas”, considera Fernando Laposse (París, 1988), que este año tuvo amplia presencia tanto en el país como en el extranjero. En febrero Archivo presentó Transmutaciones, la primera exposición individual en Latinoamérica del diseñador mexicano.
A través de la manipulación de tres materias primas –la luffa, con la que se hacen, entre otras cosas, los estropajos; el henequén o sisal, fibra que se obtiene del agave, y el maíz, ingrediente esencial de la cocina mexicana–, Laposse crea materiales que incorpora a objetos diversos. Con los estropajos que pueden encontrarse en el mercado, por ejemplo, ha hecho biombos y hasta una cama. El proyecto Totomoxtle da cuenta del abordaje del diseñador. Se trata de la creación de un material de chapa hecho con hojas de maíz, cuya colorida belleza, que va del amarillo más pálido al púrpura más encendido, viste muros, mesas y cajas. Una gran superficie de marquetería hecha con miles de hojas de maíz, cada una de ellas planchada a mano, se pudo ver en mayo en el Victoria & Albert Museum, como parte de la muestra Food: Bigger than the Plate. Este proyecto se exhibió hace unos meses en la trienal del Cooper Hewitt Smithsonian Design Museum en Nueva York.
“Intento no colaborar con comunidades que hacen artesanías, no me gusta diluir las tradiciones; el diseño no debe alterar lo artesanal”, dice el diseñador.
“El gran diferenciador no sólo es el material, sino la historia y conexión con una cultura”, dice Laposse, que ha generado un proceso de diseño a largo plazo, estableciendo relaciones de colaboración duraderas con quienes transforman las fibras y materiales que utiliza.
El maíz es plantado y procesado en un ejido de agricultores mixtecos en Puebla; el henequén (que dejó de producirse de forma industrial con la invención de los plásticos, con el que el diseñador elabora bancas de largo pelaje e incluso personajes divertidos que han poblado algunas de sus instalaciones) por un colectivo de mujeres mayas en Yucatán. Aunque Laposse no vive en México de manera permanente, pasa temporadas en estos lugares trabajando con los productores.
“Intento no colaborar con comunidades que hacen artesanías, no me gusta diluir las tradiciones; el diseño no debe alterar lo artesanal”, dice el diseñador, cuya práctica está fincada en lo que él mismo llama diseño endémico, que singulariza su trabajo. En ese sentido, Transmutaciones dio cuenta de un enfoque novedoso, que genera un cruce entre el diseño, la producción local y el aprovechamiento de materiales sencillos que normalmente pasan por desperdicio. No en esta ocasión.
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