Presente de las Artes en México aspira a producir una instantánea que permita rastrear algunos rasgos salientes del arte de los últimos tiempos; nuestra selección consta de 12 artistas que están cambiando las formas expresivas y reorientando la discusión.
Desde hace tiempo la bailarina y coreógrafa Melva Olivas viene jugando con los hilos que conforman el lenguaje de la danza contemporánea. Así lo demuestran piezas como Des_nudo (2015), en la que invita a los espectadores a jalar de su vestido hasta destejerlo, generando una relación de confianza; y Amorfa (2018), en el que usa la improvisación para buscar nuevas rutas de reafirmación y configuración corporal y espacial.
Olivas (Hermosillo, 1989) es directora de la plataforma artística y colaborativa MO+, que en diciembre de 2018 presentó Between Madness and Idyll, pieza coproducida por el Goethe-Institut, y del Centro de las Artes de San Luis Potosí, que hizo una interpretación de la Tercera Sinfonía de Johannes Brahms. También fundó Amorfa, festival de arte latinoamericano, género, interdisciplina y comunidad, y codirige la compañía de danza contemporánea PILOT.
Inspirada en la mitología iraní, este año la coreógrafa dio a conocer Huma, pieza que alude a la reunión de lo femenino y lo masculino en un solo ser. Huma es una de las cuatro obras que integran el montaje Junto al delirio de la Compañía Nacional de Danza, que se presentó en septiembre y octubre en el foro A Poco No, ubicado en la calle de Cuba, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, un espacio de pequeñas dimensiones.
“Tener una cercanía con el público no garantiza que se genere un espacio de intimidad”, dice Olivas.
Junto al delirio (que también comprende piezas de Jaime Camarena, Alejandra Ramírez y Francisco Córdova) está basada en los poemas de la bailarina Sonia Jiménez. La intervención de la Compañía Nacional de Danza (la compañía de ballet clásico más representativa a nivel nacional) en proyectos de danza contemporánea es relevante: permite que la disciplina enriquezca su lenguaje y llegue a audiencias nuevas.
“Más que trasladar el poemario de Jiménez, el reto fue pasar del lenguaje de la danza clásica al contemporáneo. La Compañía Nacional de Danza tiene excelentes bailarines y en Junto al delirio el objetivo era lograr versatilidad y que los intérpretes se apropiaran de un nuevo lenguaje de movimiento”. En el caso de Huma, la coreógrafa está satisfecha con los resultados, ya que la pieza no solo creció en técnica, sino también a nivel interpretativo.
El trabajo de Olivas tiende hacia lo íntimo. El foro A Poco No le permitió seguir explorando esta senda. “Tener una cercanía con el público no garantiza que se genere un espacio de intimidad. Constantemente me pregunté, sin embargo, cómo conectar con el espectador a través de una mirada de complicidad o la escucha de la respiración de los cuerpos”. Como si se tratara a veces de un espejo y otras de dos imanes cuyos polos se repelen, el dueto a cargo de la interpretación de Huma explora la alianza de los cuerpos en una progresión de movimientos: pasa de las figuras libres a las que se identifican con la coreografía acompasada. La creación de Olivas, que trabaja en la conclusión de Paisaje, su próxima pieza, es una emotiva fusión de lenguajes.
from La Tempestad https://ift.tt/38OIh7v
via IFTTT Fuente: Revista La Tempestad
No hay comentarios:
Publicar un comentario