Presente de las Artes en México aspira a producir una instantánea que permita rastrear algunos rasgos salientes del arte de los últimos tiempos; nuestra selección consta de 12 artistas que están cambiando las formas expresivas y reorientando la discusión.
“Sin foto de cara, ni me saludes”, “Hombres varoniles y discretos”, “Busco closeteros varoniles únicamente, no necesariamente guapos. Yo delgado, varonil, discreto”. “Si fuiste a la Marcha Gay no me interesas”, “No drogas, no alcohol, no ‘nacos’. #UBICATE”. Todas la frases anteriores fueron sacadas de Grindr, aplicación dirigida a hombres homosexuales que permite localizar y comunicarse con otros hombres gay o bisexuales.
No es ningún secreto que el espacio donde están pasando las cosas es Internet; sin embargo pocos creadores se asoman a la web con una mirada tan filosa como la de Mauricio Muñoz (Tijuana, 1993). Formado como comunicólogo por la Universidad Autónoma de Baja California, Muñoz, que empezó su práctica artística en 2016, reelabora sus narrativas personales para cuestionar los discursos de poder insertos en la comunidad LGBTTTIQA+.
Históricamente, estos grupos han sido violentados sistemáticamente por partidos políticos y grupos religiosos. Vestida de azúcar, la retórica que impera en las aplicaciones de ligue se articula desde la visión mercantil de lo gay friendly, es decir, se aprovecha de la trampa de la tolerancia. Lo que está debajo del recubrimiento buena onda de estos discursos es un cuerpo atemorizado por la violencia y la discriminación.
“Estas redes son un mercado de cuerpos, así que nuestra exposición es un mercadito, una puesta en escena basada en Grindr”, dice Muñoz.
Este año el creador presentó la muestra MASC4Máscara en el Centro Cultural Tijuana (CECUT), cuyo título refiere a una oración que se usa en las apps: hombre masculino busca hombre masculino. “No fats, no spice, no rice, no curry, no choc, only vanilla: Parece una receta de cocina, pero en realidad son frases recurrentes en Grindr que hacen alusiones raciales y corporales que discriminan a gordos, latinos, asiáticos, negros”.
En la muestra predominan las instalaciones con letreros neón que problematizan la atracción por lo colorido, que no suele asociarse con la agresión, y también se pueden ver representaciones de los emojis del durazno y la berenjena (que en redes sociales representan el culo y la verga). Este desmontaje gráfico también se acompaña de videos en los que Muñoz explora su latinidad, cuerpo y feminidad, enmarcados en andamios comerciales.
“Estas redes son un mercado de cuerpos, así que nuestra exposición es un mercadito, una puesta en escena basada en Grindr. Es curioso, pero la gente viene y se toma fotografías en los letreros, hemos descubierto muchas imágenes en Instagram de personas posando con ellos. Hay que detenerse un poco, mirar con atención, y darse cuenta de que están difundiendo una crítica de la violencia”.
A partir de conceptos como exotización y heteronormatividad, Muñoz ha construido un cuerpo de obra crítico. Curada por Andrew Roberts, con quien Muñoz gestiona el espacio de exhibición Deslave (que ha servido de foro para cuestionar el estereotipo del arte fronterizo, que se asocia únicamente con la problemática de la migración), MASC4Máscara es la primera exposición del CECUT que aborda problemáticas queer.
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