lunes, 25 de marzo de 2019

De monasterio a museo

Ubicado en Engadina, un valle alpino al este de Suiza, entre las ruinas de un monasterio medieval, se encuentra el Museo Susch, que abrió sus puertas a inicios de este año. Los arquitectos suizos Chasper Schmidlin y Lukas Voellmy se hicieron cargo de la restauración y la expansión del lugar que consistió en el delicado rescate de las estructuras existentes y su recombinación en nuevas formas. El recinto comprende cuatro edificios interconectados por un túnel.

 

La antigua vicaría, el hospicio y el edificio que conforma el predio formaron parte de un monasterio rural en 1157, en el camino de paso de los peregrinos que se dirigían a Roma y Santiago de Compostela. El desafío para los arquitectos fue unir las estructuras tanto visual como funcionalmente: el proyecto nació con la consigna de permitir la exhibición del arte contemporáneo y también la historia natural del lugar.

A la creadora Sara Masüger se le comisionó la creación de una pieza que combina la escultura, la arquitectura y el pasaje. Su propuesta, que se aprecia en la foto de abajo, consiste en una experiencia meditativa en la que el sonido del río Eno se desprende su origen y transporta el espectador por un pasaje escultórico salpicado por áreas de luz y oscuridad.



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