Residentes de la ciudad de Fukushima en Japón han expresado su consternación al respecto de una estatua recientemente develada en la estación de trenes local. Con más de dos metros y medio de altura, la estatua representa a un niño que porta una vestimenta que aparenta ser un traje para protección contra contaminación nuclear, biológica y química, y sostiene su casco en una mano y una figura solar en la otra.
La preocupación de los residentes locales surge a partir del erróneo mensaje que la pieza podría dar a los observadores recién llegados a la ciudad, quienes podrían malinterpretar la estatua como advirtiendo la necesidad de vestir protección contra radiación nuclear. Tras el terremoto que sacudió a Japón en 2011, la planta nuclear Fukushima Daiichi se convirtió en el escenario del desastre nuclear más grande desde Chernobyl. A pesar de que las restricciones de vivienda en varios poblados por contaminación han sido levantadas, mucha gente todavía se muestra reticente en volver a sus hogares.
Kenji Yanobe, autor de la estatua que bautizó como Sun Child, explicó que su intención nunca fue insinuar que existe peligro de radiación en Fukushima y que la iniciativa de poner su estatua en la estación ferroviaria fue del gobierno local. Al contrario, el mensaje que Yanobe quería expresar con su pieza era uno de optimismo al respecto del cese de plantas nucleares y al respecto del uso de energías limpias, simbolizadas por la representación de un sol en la mano de la estatua.
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