jueves, 18 de enero de 2018

De la exposición al libro

Hace un par de semanas recibí un libro publicado por el ESPAC. Para los que no están enterados, el Espacio de Arte Contemporáneo “es una organización independiente sin fines de lucro dedicada a estudiar, difundir y promover la producción artística actual”, con sede en la colonia Anzures de la Ciudad de México. Desde 2015 ha apostado por proyectos curatoriales alrededor de la pintura. Mientras escribía esta columna me di cuenta de que el volumen fue publicado hace casi un año, pero creo que vale la pena revisarlo aquí, pues muchos lo desconocen.

De noviembre de 2016 a marzo de 2017 en el ESPAC se pudo ver la exposición Una red de líneas que se intersecan, curada por Esteban King. El programa curatorial propuso una exhibición, una relectura y una intervención de la muestra, así como una publicación impresa. El soplo que animó el proyecto proviene de la novela Si una noche de invierno un viajero, en la que, de acuerdo al curador, Italo Calvino “decidió poner en evidencia todos los mecanismos que van desde la escritura de un texto hasta su lectura en una publicación. En este sentido el proyecto también busca desmontar la idea de una exhibición terminada para poner en evidencia los mecanismos que hay detrás y que la sostienen”. Como investigador y curador, King ha demostrado interés en los cruces entre literatura y artes visuales, entre la palabra escrita y la imagen. El libro, la tercera fase de la exposición, funciona como contrapunto: contiene las imágenes de las obras montadas, si bien editorializadas, y dos textos (uno de Jazmina Barrera y otro de Pamela Ballesteros) que solamente engordan los entusiasmos curatoriales de King, además de un diagrama museográfico-existencial de María Cristina Torres Valle Pons y el texto curatorial como pórtico. En Una red de líneas que se intersecan King quiso expandir las encarnaciones de una exposición, intentó mantenerla con vida, o sea activarla o reanimarla, mediante relecturas e intervenciones y una publicación: que la exposición fuera más que una exposición.

En comparación con la cantidad de eventos que proliferan alrededor del arte, es evidente que en México se publican muy pocos libros relacionados. En el país no existe un mercado realmente significativo para este tipo de publicaciones. Más allá de las ecuaciones de Esteban King, la idea de que una exposición –un evento– pueda devenir libro –un dispositivo de lectura– vuelve a poner sobre la mesa el viejo tema de la pertinencia del pensamiento escrito para la comunidad artística.  



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