A pesar de las profundas transformaciones en la producción y la circulación discográficas, hay sellos que siguen mostrando una vitalidad singular: Kairos, Nonesuch o Cantaloupe marcan el rumbo de la música más emocionante editada mundialmente. Destaca el caso de ECM, cuyo catálogo se incluyó recientemente en Spotify, signo de los tiempos que corren, pero también de sus reconfiguraciones.
Bearthoven
Trios
Piano, contrabajo y percusión, la célula básica de la sociedad del jazz, para un álbum que trasciende el género y se encuentra de frente con la música contemporánea. Trios, el primer álbum de los estadounidenses Bearthoven, recorre las piezas de compositores norteamericanos noveles, con resultados destacados. “Un relato de nuevas músicas asentadas en nuevas prácticas”, escribió Diego Fischerman en el número 124 de La Tempestad (junio de 2017).
Cantaloupe Music, Nueva York
Pierluigi Billone
Sgorgo Y, N & Oo
El tríptico de obras Sgorgo Y, N & Oo, del compositor italiano Pierluigi Billone, nos enfrenta, de acuerdo con Édgar Guzmán, “a una experiencia siniestra y mortífera de lo musical”. Interpretadas por Yaron Deutsch, las piezas transforman el imaginario alrededor de la guitarra eléctrica, asociado al rock o al jazz, y lo reclama para los terrenos de la música contemporánea.
Kairos, Viena
Fleet Foxes
Crack-Up
Herederos de la compleja tradición de la canción norteamericana, Fleet Foxes publicó Crack-Up, el tercer disco de su carrera, el primero desde Helplessness Blues (2011). El álbum muestra la capacidad de Robin Pecknold, su líder, para la composición rapsódica y el trabajo armónico de las voces (que denota la fuerte influencia de Brian Wilson). Una ensoñación folk.
Nonesuch, Nueva York
Ghostpoet
Dark Days + Canapés
Con Dark Days + Canapés, su cuarto álbum, el británico Ghostpoet realiza un registro sombrío de los tiempos que corren: se sustenta en su voz, grave, a caballo entre el canto, el rap y la palabra hablada, pero se amplía por su instrumentación: guitarra, piano, bajo, batería y cuarteto de cuerdas que otorgan expresividad y matices diversos a su desarrollo sonoro.
PIAS Recordings, Londres
Orestes Gómez
Experiencia curiara
Experiencia curiara trae consigo un mundo particular, sintetizado en la obra de un músico muy joven como Orestes Gómez (San Cristóbal, Venezuela, 1993). Percusionista, preocupado por los matices de los instrumentos, Gómez rinde homenaje a las músicas regionales venezolanas y consigue entrecruzarlas con el jazz sin caricaturizarlas. Una de las grandes sorpresas del año.
Independiente, Caracas
Juçara Marçal, Rodrigo Campos y Gui Amabis
Sambas do Absurdo
Equilibrio perfecto de la música brasileña más formal (los arreglos de cuerdas son jobimianos) y su vertiente más experimental (la carrera de Marçal es, en ese sentido, ejemplar), Sambas do Absurdo, en apenas ocho cortes, puede funcionar como una síntesis de la producción discográfica del país sudamericano en el siglo XXI: los pies buen puestos sobre la tradición, pero prestos para levitar.
YB Music, São Paulo
Ryuichi Sakamoto
async
Uno de los trabajos más introspectivos de la vasta obra de Sakamoto (se trata de su primer disco tras superar un cáncer de garganta), async se asemeja a un ejercicio cinematográfico: cada tema podría ser la musicalización de una escena. Con el eje que construyen el piano y una gran variedad de recursos electrónicos, async es un álbum de madurez y, sin exagerar, una obra maestra.
Milan Records, Los Ángeles
Sevdaliza
Ison
En el plazo de dos años, la música de Sevdaliza, cómoda en los territorios del R&B electrónico, se ensombreció hasta asemejarse al trip hop. En el proceso, se politizó. Deudora de la expresividad de la música negra norteamericana, Ison, una de las mejores grabaciones del año, utiliza arreglos de cuerdas, pero su columna vertebral es enteramente electrónica.
Twisted Elegance, Ámsterdam
Kaitlyn Aurelia Smith
The Kid
Kaitlyn Aurelia Smith es una heredera: de las formas musicales libres de obra electrónica producida con sintetizadores, de gente como Laurie Spiegel o Suzanne Ciani (con quien en 2016 publicó el álbum Sunergy) y de las estrategias para encauzarlas hacia el formato canción, de Laurie Anderson o Fever Ray. Incluso en este panorama histórico, The Kid destaca como un ave rara.
Western Vinyl, Austin
David Virelles
Gnosis
“Lengua”, uno de los temas de Gnosis, podría resumir algo del espíritu de la obra de David Virelles. Pianista cubano asentado en el entorno jazzístico estadounidense, su música se construye desde ese diálogo, pero también desde su fricción. La colisión de lenguas se transforma en lenguaje por derecho propio: la música de Virelles aspira, por tanto, a construir nuevos territorios.
ECM, Múnich
from La Tempestad http://ift.tt/2ENsLbT
via IFTTT Fuente: Revista La Tempestad
No hay comentarios:
Publicar un comentario