Aprincipios de los años 2000 Paola Bragado (Madrid) comenzó a fotografiar a mujeres que se dedican a bailar. “Mi trabajo fotográfico, cuyo hilo conductor es el baile, surge a partir de la cosificación y la marginalización de la mujer”, explica la creadora española, que el 18 de abril presentará Lección de mambo, una muestra que da cuenta de su interés por el tema de la danza relacionado a lo femenino, en el Centro Cultural de España en México. La obra de la artista –que confiesa que siente una admiración grande por la gente que se dedica a bailar– problematiza el rol de la mujer tanto en el ámbito laboral como en el privado o personal.
El interés por este tema le surgió a Bragado cuando conoció a un grupo de bailarinas de streaptease en Estados Unidos durante los primeros años de la década pasada. “Se trataba de un intercambio: ellas posaban para mí y yo les hacía un book o catálogo de su trabajo”. Las imágenes, en las que usó un tipo de película que, según sus palabras, se utilizó durante la guerra de Vietnam para identificar los cuerpos en los campos, se aglutinaron en la serie Golden West. El proyecto, sin embargo, evolucionó. La serie Siwa da cuenta de un grupo de mujeres de danza árabe en Madrid. “Esta es una tradición estigmatizada. Está prohibido que una mujer árabe baile si no es frente a su marido”, explica. Raval-Berlín, por otro lado, sigue a un grupo de bailarines en Barcelona (“una ciudad que por ser portuaria tiene una tradición muy adelantada de cabaret”) y Berlín. La noción de espectáculo es importante para Bragado, que vino a México hace un par de años al Vive Latino en su faceta de fotógrafa musical.
“Llegué a la Ciudad de México en 2012. Tardé un poco de tiempo en tomar fotografías. Me encontraba reflexionando en cómo alejarme de lo estrictamente documental. Luego conocí el Barba Azul, un salón de baile en la colonia Obrera. Me llamó la atención la tradición de las ficheras. La dinámica consiste en que los clientes, hombres, compran fichas para bailar con una mujer. Luego me enteré que esa actividad cayó en desuso en la década de los noventa, con la popularización de los tabledance. Al relacionarme con estas bailarinas quiser captarlas como lo que son: maestras y conocedoras de la danza”, argumenta Bragado.
El trabajo de la española en México dio como resultado The mexicanas, un cuerpo de obra que incluye tanto fotografías como video. Para esta serie –que se verá en la muestra y que, también, será un libro editado por Hydra– Bragado decidió, en un primer movimiento, hacer retratos de las bailarinas. “Luego se me ocurrió hacer imágenes de ellas con posturas de yoga. Como ellas bailan salsa, quise hacer un ejercicio contrario a lo ondulante. Hay algo relevante: cuando uno baila en el Barba Azul uno es observado por los demás; cuando uno hace yoga no lo hace para ser mirado. Tomamos un espacio que está en el primer piso del salón, dejaba la cámara de video corriendo mientras nos ejercitábamos”, explica la artista. Después el proyecto dio nuevos frutos: Bragado decidió que si ella les daba clases de yoga, entonces las mujeres deberían enseñarle a bailar. Este intercambio, que después de varias repeticiones fue registrado en un video con una iluminación precisa, también es parte de la muestra. La práctica de Bragado se propone como una reivindicación del acto de bailar, del trabajo y del cuerpo femenino.
Al llevar The mexicanas al terreno de lo performativo, Bragado conformó un rompecabezas que ha construido durante varios años: su práctica se desplazó de lo documental hasta una participación activa en la creación de imágenes.
Lección de mambo se podrá ver hasta el 1 de junio.
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