jueves, 12 de abril de 2018

La luz en la obra de Alberto Castro Leñero

Alberto Castro Leñero, artista, mexicano, Black Box, Gustavo Avilés, iluminación, trayectoria, obras, metro Taxqueña, entrevista, arquitecto, piezas, murales, esculturas, luz, iluminación“A la par que la pintura he trabajado modelos tridimensionales, esculturas que se desprenden del ejercicio del dibujo”, confiesa el artista Alberto Castro Leñero, que hoy presenta la exposición Intersección II en Black Box, espacio expositivo del estudio del arquitecto Gustavo Avilés, experto en iluminación. Se trata de una muestra singular: la iluminación de las piezas es tan poderosa que logra que el espectador haga una lectura única tanto de la gráfica como de la escultura del creador mexicano. Black Box, que abrió sus puertas el año pasado, tiene la vocación de usar la luz para generar experiencias artísticas únicas.

Intersección II aglutina una serie de obras que Castro Leñero ha realizado en tiempos recientes. A lo largo de más de cuarenta años, la práctica del artista ha estado vinculada tanto a lo figurativo como a lo abstracto. En su obra hay un patrón recurrente: líneas que al cruzarse forman una trama que remite a formas orgánicas. La pieza central de la muestra, una maqueta de gran tamaño forjada en acero que repite el patrón descrito –que sirve de ensayo para una escultura habitable–, dialoga con diversas obras gráficas, expuestas en los muros del espacio, y otras esculturas. Castro Leñero ha demostrado interés porque su trabajo cree un vínculo con la gente. Así lo demuestran sus murales en el metro Taxqueña de la Ciudad de México y las obras que expuso en el MUCA el año pasado, planteadas como sistemas transitables.

“El trabajo de iluminación de Gustavo Avilés saca toda la fuerza las obras”, dice Castro Leñero. Es verdad. Black Box, que como su nombre lo indica es un cubo sin luz, permite hacer juegos y alusiones que pocas veces se ven en museos o galerías. En uno de los muros del cubo, el que está de frente a la entrada del espacio, hay varias piezas gráficas del artista cuya iluminación genera un resplandor que permite observar los colores y las líneas de una forma tan detallada como inusual. Algunas obras incluso parecen flotar en la oscuridad. “Partimos de un espacio donde no hay luz para que la mirada sea más afinada, más precisa”, explica Avilés.

Es la luz, con toda su potencia, la que permite direccionar no sólo la mirada de los espectadores sino también trazar un recorrido para que éstos se desplacen a través del espacio. “La estructura reticular abierta va ligada a la luz, la umbra, la sombra y la oscuridad que se manifiestan por la interacción íntima y artística que propone Gustavo en este lugar”, confiesa Castro Leñero, que estos días, de igual forma, expone la muestra Bosque lineal en el Museo de Arte e Historia de Guanajuato.

El año pasado Black Box presentó Intersección, su muestra inaugural. La idea de seguir con este concepto para exponer el trabajo de Castro Leñero es volver a establecer relaciones a partir de la luz, que Avilés entiende como hilos que unen tanto a obras de arte como a disciplinas. Siguiendo esa idea, hoy, durante la apertura de la muestra, la violonchelista y compositora mexicana Gabriela Rodríguez realizará una intervención musical que tenderá un puente más para generar una experiencia a través de la obra del artista visual. “Rodríguez es una creadora de gran prestigio y es un honor que haya accedido a traer su música aquí. El sonido, al igual que la luz, es una vibración que crea vínculos”, remató Avilés.



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