lunes, 3 de septiembre de 2018

Stephen Dixon

La de Dixon (Nueva York, 1936) es una de las prosas más persistentes de los Estados Unidos. Es autor de diecisiete novelas, entre ellas Frog (1991), además de la “trilogía” conformada por I. (2002), Old Friends (2004) y End of I. (2006). Ha publicado también trece libros de relatos: algunos de sus más de quinientos cuentos han sido compilados en The Stories of Stephen Dixon (1994) y What Is All This (2010). En español pueden leerse las antologías Calles y otros relatos (2014) y Ventanas y otros relatos (2015), además de la novela Interestatal (1995), todos publicados por Eterna Cadencia. Su novela más reciente es Beatrice (2016)

 

¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

Escribo, voy al gimnasio diariamente, escribo un poco más, voy al mercado, leo y escribo más.

¿Qué palabra utilizas con más frecuencia?

Tal vez.

¿Cuál fue el último libro que te resultó admirable?

El gaucho insufrible (2003), de Roberto Bolaño.

¿Y película?

Escenas de un matrimonio (1973), de Ingmar Bergman.     

¿Qué disciplinas artísticas te interesan además de la tuya?

Las artes visuales y la música.

¿Qué música te conmueve?

La música clásica, especialmente la barroca. Los trabajos de Bach para piano, violín y coro. Pero también muchos otros compositores, desde Arvo Pärt hasta Stravinski.  

¿Qué te indigna?

Donald Trump y sus seguidores. También las personas que no se comportan civilmente.

¿Qué te alegra?

Hablar por teléfono con mis hijas por las noches. Tener un día de escritura exitoso (con una página terminada). Leer un buen libro de ficción. Dormir durante seis horas seguidas. Comer con un buen amigo sin ser completamente inarticulado. Soñar con mi esposa, ya fallecida.

¿Por cuál ciudad sientes debilidad?

Por París.

Menciona un momento del día que disfrutes particularmente.

Cuando me baño en el gimnasio después de ejercitarme una hora..  

¿Cómo descubriste tu vocación?

Me descubrió a mí: en 1959 trabajaba como reportero para un servicio de noticias de Washington DC. Cubría el Congreso. Como no tenía nada que hacer por las noches y contaba con un poco de dinero para hacer algo, me sentaba frente a mi máquina de escribir para redactar el primer borrador de una historia sobre un reportero que vivía en Washington DC.

¿Te identificas con algún personaje de la ficción?

Sí. Siempre hay poco o mucho de mí, pero siempre algo, en cada uno de los narradores de mi obra.

Publicado en La Tempestad 112 (julio de 2016)

 



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