El nombre de Zaha Hadid es símbolo de ruptura, poder y vanguardia. Su carrera en el mundo de la arquitectura no fue sencilla ni mucho menos tradicional. Nacida en Bagdad y proveniente de una familia sunni, cursó estudios de matemáticas en la American University of Beirut y en 1972 se trasladó a Londres para ingresar en la prestigiosa Architectural Association de Londres, donde fue alumna de Rem Koolhaas y de Elia Zenghelis, de quienes posteriormente se convirtió en socia en la vanguardista Office of Metropolitan Architecture (OMA). En 1979 fundó Zaha Hadid Architects, estudio considerado como un bastión de la vanguardia en arquitectura, arte y diseño.
A lo largo de su carrera, Hadid (nombrada Dama por la Reina Isabel II en 2012) ocupó importantes plazas en las mejores universidades del mundo como Harvard y Yale, al tiempo que trabajaba en definir su estilo. En 1987 la arquitecta y diseñadora abandonó la dirección de su estudio en Londres, llamado AA, con el objetivo de desarrollar su estilo, que en un principio encontró en las vanguardias rusas su principal inspiración. “El espíritu de aventura para permanecer abierta a lo desconocido y el estar convencida del poder de la invención me hicieron sentirme atraída por las vanguardias rusas”, declaró en su día la arquitecta.
De su trabajo destacan proyectos como The Peak, en Hong-Kong, que nunca llegó a realizarse debido a la complejidad del diseño; el edificio de oficinas de Kurfürstendamm, en Berlín, construido en 1986; la propuesta de concurso para el Parc de la Villette en París –cuyos dibujos están en el MoMA– y el plan maestro para la reurbanización de la zona portuaria de Hamburgo.
Su eminente contribución como arquitecta la llevó a recibir en 2004 el prestigioso Premio Pritzker de Arquitectura, convirtiéndose en la primera mujer en ser galardonada con dicha presea; la revista Forbes la incluyó en su lista de las mujeres más poderosas del mundo y, también, recibió el Praemium Imperiale de la Asociación de Arte de Japón. En 2010 y 2011 sus diseños recibieron el Premio Stirling, que otorga el Real Instituto de Arquitectos Británicos.
“El arte era una incubadora para Zaha Hadid, sus ideas más tempranas las desarrolló a partir de la pintura”, asegura Patrik Schumacher
Enmarcados dentro del constructivismo, sus diseños, formas líquidas que evocan geometrías orgánicas, trascienden la practicidad del diseño e incorporan el dinamismo de la vida contemporánea en los espacios y sus habitantes.
Así, el trabajo orgánico y fluido de Zaha Hadid Architects (ZHA) se presenta por primera vez en Latinoamérica en el MUAC. La muestra Diseño como segunda naturaleza. Zaha Hadid Architects evidencia la importancia y la complejidad del diseño como eje que articula las formas y los procesos constructivos de la firma. Pocas veces un título más elocuente. Bajo la curaduría de Woody Yao, miembro de ZHA, la muestra, conformada por maquetas, pinturas, fotografías y audiovisuales, presenta la pieza ProjectCorrel, una insólita experiencia de realidad virtual colaborativa realizada por ZHVR, grupo fundado por Helmut Kinzler en 2014 para adaptar y configurar tecnología de realidad virtual inmersiva con el discurso del diseño arquitectónico. La obra formula una visión de un entorno dinámico, interactivo y colectivo que plantea la reevaluación de los parámetros del mundo real.
Gracias a la colaboración del British Council, hace unos días se realizó una charla con Patrik Schumacher, actual director de la firma desde la repentina muerte de Hadid en marzo de 2016. El también matemático y filósofo habló del trabajo de ZHA y del proceso de curaduría para la exposición. Mencionó que, como despacho, “desean crear una nueva ola arquitectónica” por lo que su interés en la docencia es fundamental. Para el estudio, afirma Schumacher, “los espacios contemporáneos de interacción son muy complejos, por lo que el uso de curvas y la luz contribuye a la configuración de espacios más legibles”.
Sobre la forma en que opera el estudio, cuya tasa de proyectos ganados se estima en un 30%, luego de la muerte de Hadid, Schumacher asegura que “el estudio opera igual que cuando Zaha vivía, se han desarrollado varios departamentos en los que colaboran mujeres arquitectas”.
Además de una selección de los proyectos arquitectónicos más recientes, la muestra también incluye diseños de objetos y exhibe los proyectos que el estudio ha planteado para Latinoamérica. Actualmente trabajan en México, específicamente en Santa Fe, en donde construyen una torre que continúa en proceso de diseño e implementación de su estructura. Se espera su conclusión para el año 2021. Monterrey y Cancún son dos de las ciudades en las que el estudio continúa en espera de una respuesta. “México como mercado resulta muy interesante, pues es un país que aprecia la arquitectura”.
Una de las principales contribuciones de ZHA ha sido la de enfatizar el diseño como proceso e innovación de formas, materiales y estructuras, lo que llevó a la arquitecta a difuminar la línea entre arquitectura, arte y diseño. De acuerdo con Schumacher, para Hadid “el arte era una incubadora. Sus ideas más tempranas las desarrolló a partir de la pintura”. Malevich’s Tektonik (1976-77), una de las primeras pinturas realizadas por Zaha Hadid y que puede verse en la exhibición, pone de manifiesto que la pintura no era sólo una herramienta de exploración sino un interés autónomo. Sin embargo arquitecta nunca quiso ser considerada una artista, pues lo que le interesaba era la “cualidad emocional de la nueva arquitectura”.
Puesto que la sociedad contemporánea se encuentra en constante transformación, la arquitectura no debe reducirse a la creación de escenarios agradables y la evolución del diseño de los espacios de convivencia debe ser concomitante con los modos de vida, por lo que el estudio se interesa el “impacto a escala de la ciudad y de la figura humana y lo que la rodea”. Schumacher entiende a la sociedad contemporánea como “una sociedad del conocimiento y las redes que requiere de edificios que permitan la existencia de las mismas”.
Hay múltiples ejemplos de lo duro que es el ámbito de la arquitectura para las mujeres. En 2013 la urbanista y escritora Denise Scott Brown había mostrado su descontento por no haber sido tomada en cuenta por el comité del Pritzker en 1991, año en que fue premiado Robert Venturi, su socio y esposo. La teórica del urbanismo Jane Jacobs es otro emblema de la disciplina. Schumacher asegura que el camino de Hadid no fue un “camino de rosas, sin embargo no consideraba otra cosa que el dinamismo y la elegancia del mundo contemporáneo”. Quizá por ello los edificios de Hadid se yerguen como abstracciones naturales que desbordan a la geometría convencional en curvas y líneas que a pesar de todo aluden a las formas femeninas.
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