De diversas perspectivas, estas doce cintas utilizan la deglución de la carne humana para problematizar las relaciones sociales e históricas. Desde la idea de la civilización contra la barbarie hasta la familia como detonador de pulsiones psicópatas pasando por la distopía de un mundo arrasado por nosotros mismos, estos filmes nos interrogan sin sutilezas: ¿miedo e incomprensión del otro?, ¿búsqueda de lo común absoluto? Un repaso a la historia del tema puede aportar algunas pistas. La presente selección es una ampliación del tema de portada de La Tempestad 123 (junio de 2016)
Qué sabroso estaba mi francés
Nelson Pereira dos Santos
Brasil, 1971
Película representante del Cinema Novo brasileño y favorita entre los conocedores desde su lanzamiento. Fue censurada en su país natal y rechazada para formar parte del Festival de Cannes por sus desnudos excesivos. La película se basa en los diarios del misionero Jean de Léry, quien fue capturado por los indios tupinambá. Mientras enseñaba a la tribu a utilizar artillería y antes de escapar, descubrió que entre sus tradiciones se encontraba el canibalismo. Según la cultura tupinambá, devorando al poseedor de la magia –en este caso el conocimiento del uso de armas– se adquieren todos sus poderes.
Cuando el destino nos alcance
Richard Fleischer
Estados Unidos, 1973
Una distopía clásica del cine de ciencia ficción. La historia se basa en el libro ¡Hagan sitio! ¡Hagan Sitio! (1966), de Harry Harrison. En 2022 el planeta Tierra enfrenta una crisis ecológica donde la comida es escasa. Cuarenta millones de habitantes en la ciudad de Nueva York sufren el desabasto del soylent, única fuente de alimento creada con base a plancton. Mientras tanto el gobierno alienta a sus habitantes al suicidio en spas lujosos gratuitos para vivir sus últimos minutos en tranquilidad. En medio de la crisis, el detective Frank Thorn investiga el asesinato de un miembro de la élite. Esto lo llevará a conectar todos los puntos sobre la horrible verdad de lo que millones de personas consumen todos los días.
La masacre de Texas
Tobe Hooper
Estados Unidos, 1974
Dos hermanos visitan la tumba de su abuelo en Texas; van en grupo, con tres amigos, cuando son atacados por una familia de psicópatas caníbales. Dirigido por Tobe Hooper, este filme se presentó en el Festival de Cannes en 1975 y hoy es considerado de culto. El inicio de la cinta desliza una crítica social sobre los orígenes de la familia caníbal: la industrialización del mercado ganadero los ha dejado sin trabajo y su antiguo rastro no tiene ningún futuro. Su negocio familiar ha sido reemplazado por máquinas, lo que los orilla a buscar una delirante forma de sobrevivir.
Holocausto caníbal
Ruggero Deodato
Italia, 1980
Pionera del género de “material encontrado”, que inspiró trabajos como La bruja de Blair (1999) y Actividad paranormal (2007). Durante una misión de rescate en la selva del amazonas la expedición se encuentra con las cintas perdidas que relatan el final del equipo que estaban buscando. La película dibuja una crítica al “civilizado” que explota lo que considera “salvaje”. El uso desmedido de la violencia gráfica invita al espectador a reflexionar sobre los verdaderos límites de la barbarie fuera del tabú del consumo de carne humana. Deodato se inspiró en la cobertura mediática de Las Brigada Rojas italianas, grupos paramilitares cuyos asesinatos y secuestros fueron reportados desde el sensacionalismo para obtener el impacto continuo de la audiencia.
Delicatessen
Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro
Francia, 1991
Una década antes del éxito mundial de Amélie (2001), Jeunet y Caro habían cocinado esta comedia negra en una Francia postapocalíptica. La historia sucede en un mundo donde la comida escasea y es utilizada como moneda oficial. El dueño del departamento donde se desarrolla la acción contrata personas para después asesinarlas y vender su carne. La famosa secuencia donde el carnicero mantiene relaciones sexuales sobre un colchón ruidoso contrapuesta con el decadente edificio denota el aparente orden mantenido a toda costa en una situación de supervivencia crítica.
Sangre caníbal
Claire Denis
Francia-Alemania-Japón, 2001
Un virus que infecta a personas para devorar humanos puede ser un cliché desgastado en el contexto actual. Sin embargo, Denis recurre al erotismo para brindarle un nuevo panorama al canibalismo. La historia se centra en tres científicos que buscan ampliar la libido a través de una fórmula. El experimento sale terriblemente mal al mezclar un incontrolable apetito sexual con la necesidad de consumir carne humana. Su nueva condición afecta a Coré, quien tiene que ser encerrada por su esposo para evitar que asesine personas. Los protagonistas viven en un amor maldito: compartir placer con su pareja resultaría en la muerte de otro.
Somos lo que hay
Jorge Michel Grau
México, 2010
La muerte de un relojero deja a su viuda y tres hijos con la responsabilidad de ver quién va a traer la comida a la mesa. Las nuevas obligaciones adquiridas por los varones se complican cuando caen en cuenta de que en las tiendas de autoservicio no venden carne humana. Esta cinta de horror retoma la idea del patriarcado desde lo inverosímil para mostrar una sátira de una familia disfuncional. La adicción a las prostitutas del padre, la manera de devorar el cadáver para desaparecer la evidencia y, luego, repetir la acción para normalizar el comportamiento: Grau invita una y otra vez al espectador a encontrar la clave del canibalismo de los protagonistas en un trauma colectivo.
Cloud Atlas
Hermanas Wachowski / Tom Tykwer
Alemania-Estados Unidos-Hong Kong-Singapur, 2012
Las hermanas Wachowski realizaron la adaptación de la novela homónima de David Mitchell (2004). La película explora un efecto mariposa que desemboca en las decisiones de personas durante varios siglos. Aunque la reencarnación es presentada como el tema principal existe una insinuación de canibalismo: desde la tribu maorí que consume a los moriori hasta la fabricación de jabón a partir de humanos por parte de Papa Song. Hay un mantra a partir de la frase de Henry –primera encarnación del personaje interpretado por Tom Hanks– que dice: «Los débiles son carne y los fuertes comen». El comer al otro como camino a la inmortalidad.
Frontera caníbal
Craig Zahler
Estados Unidos, 2015
Situada en el viejo oeste, el debut como director de S. Craig Zahler narra la historia un grupo de rescate que busca a una tribu caníbal. Los arquetipos tradicionales del western son deconstruidos para dar paso a un nuevo horizonte de terror. Ambos géneros conviven bajo la única temática que podría unirlos: el sadismo. A diferencia de otras aproximaciones contemporáneas al género –como Los ocho más odiados, de Quentin Tarantino, o El renacido, de Alejandro González Iñárritu–, aquí los indios trascienden la barrera humana para ser plasmados como demonios.
El demonio neón
Nicolas Winding Refn
Dinamarca-Francia-Estados Unidos, 2016
En Cannes fue recibida entre aplausos y abucheos envueltos en la polémica de sus escenas de necrofilia y canibalismo. La historia sigue el camino de una aspirante a modelo en Los Ángeles mientras es consumida lentamente en su búsqueda de fama. El mensaje de la belleza al servicio de la industria es presentado de una manera brutal. Jesse, la protagonista, prácticamente se encuentra borrada en la película ante la envidia o deseos de poseerla por parte de las personas que la rodean. El sueño hollywoodense es presentado como un evento donde sus aspirantes son devorados tarde o temprano por su competencia.
Tenemos la carne
Emiliano Rocha Minter
México-Francia, 2016
La ópera prima de Rocha Minter tiene un evidente objetivo principal: transgredir. Cualquier tabú o tema incómodo del cine es explorado en 120 minutos: asesinatos, violaciones, incesto, canibalismo y necrofilia. Situada en una ciudad en ruinas, sigue a dos hermanos exhaustos en busca de comida y refugio. La oferta de un hombre por brindarles lo que han buscado por años los orilla a cometer actos atroces, poniendo a prueba los límites de su humanidad en busca de sobrevivir.
Voraz
Julia Ducournau
Italia-Francia-Bélgica, 2016
En este filme el canibalismo es utilizado como símbolo del paso de la inocencia a la edad adulta. Cuando una joven vegetariana desobedece las órdenes de sus padres y comienza a probar carne nace en ella un incontrolable deseo por consumir más. Escondida entre rituales de iniciación en un campus universitario la protagonista Justine no solo conoce el deseo de la carne sino también el arrepentimiento.
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