La coreógrafa e intérprete nacida en Rosario, Argentina, en 1974, se ha concentrado en la investigación corporal y estética. Ha colaborado con compañías mexicanas (vive en el país desde hace más de 20 años) e internacionales. Es autora de piezas escénicas y performáticas como Madera (2011) y Lectura, 2013 (2013), entre otras. Participó en la curaduría de la segunda emisión del CovarrubiasLab, a través de la Dirección de Danza de la UNAM. El ejercicio exploró las posibilidades escénicas de arquitecturas poco usuales para la disciplina.
¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
Ir al parque y a mercados de segunda mano, mirar edificios, cambiar cosas de lugar, charlar con amigos, beber café y estar frente al mar.
¿Qué palabra utiliza con más frecuencia?
Y.
¿Cuál fue el último libro que le resultó admirable?
No tengo uno. Casi nunca termino lo que leo. Lo último que leí se llama Las visiones de Pasolini (2009), de Marzia Apice. La tira Mafalda me parece admirable.
¿Y película?
Carneros (2015), de Grímur Hákonarson.
¿Qué disciplinas artísticas le interesan además de la suya?
Las artes visuales, la arquitectura, la antropología y la literatura. Me interesa, también, la ciencia: entender cómo funciona la vida en ciertos ambientes y qué sensibilidades aparecen allí.
¿Qué música la conmueve?
Muy variada, desde las fusiones multiétnicas hasta lo monotonal y casi silencioso, así como los cantos a capela. Y, por supuesto, Juan Gabriel, un buen montuno, una buena salsa o chacarera.
¿Qué le indigna?
La educación miserable que tenemos y ver cómo se reproduce generación tras generación. La basura. Decir que perteneces y defiendes un lugar y vivir deteriorándolo.
¿Qué lo alegra?
Gente con criterio que es feliz. Me alegra sentir salud y calidad de vida alrededor. La naturaleza salvaje, los niños contentos, con el pelo enmarañado.
¿Por cuál ciudad siente debilidad?
Por todas las ciudades en las que he vivido.
Mencione un momento del día que disfrute particularmente.
El atardecer.
¿Cómo descubrió su vocación?
Cuando era chica bailaba muchísimo, me sentía diferente y más libre después de moverme: ocupaba un lugar en el mundo. Descubrí mi vocación cuando me di cuenta de que era una manera de comunicar.
¿Se identifica con algún personaje de la ficción?
Con Alex Owens de Flashdance.
Publicado en La Tempestad 111 (junio de 2016)
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