A través de su trabajo con formas sintéticas y colores brillantes, y por medio de un lenguaje esencial, el creador italiano Agostino Iacurci es capaz de manejar múltiples capas de interpretación. Su enfoque posiciona a sus historias en el umbral perenne entre la inocencia y el artificio, la serenidad y la catástrofe, en una tensión magnética que es la clave interpretativa de nuestra propia existencia. Aquí, una charla con Iacurci, que trabaja y vive en Berlín, que estos días expone Trompe-L’oeil en la Celaya Brothers Gallery de la Ciudad de México.
Como artista, ¿qué te motivó a hacer una residencia y una exposición en la Ciudad de México?
Primero que nada, la relación con la Celaya Brothers Gallery: me invitaron a México por primera vez el año pasado y me enamoré de la ciudad, la cultura y sus colores. En general, me siento atraído por ciudades caóticas y complejas, tal vez porque desde hace diez años que dejé de vivir en Roma. Además, mi trabajo es sobre los colores y México es un lugar muy inspirador por la riqueza y la audacia de sus colores, desde la luz del cielo hasta su vegetación, tradiciones y arquitecturas. También soy un gran admirador de los sabores e ingredientes mexicanos, y afortunadamente el período de mi residencia coincidió con las celebraciones del Día de Muertos, por lo que también fue un momento interesante.
Hay una expresión de color muy interesante en tu obra. Las piezas en Trompe-L’oeil se caracterizan, precisamente, por su colorido. ¿Cuál fue el enfoque formal para ocupar el espacio de la galería?
La idea era crear un cuerpo de obra que pudiera integrarse al espacio de la galería y formar un solo organismo, crear un diálogo con el exterior y la atmósfera del vecindario.
Los colores, que juegan un papel clave en esta muestra, fueron inspirados por mis caminatas diarias alrededor de la colonia Roma y las calles de México en general. Mi intención fue resaltar algunos elementos arquitectónicos de la antigua casa que alberga la galería, como su gran arco, las escaleras de madera y la pequeña puerta del baño, que tiene algunas columnas de madera talladas a mano. Estos elementos en muchas de los exposiciones anteriores de la galería fueron ocultados o simplemente ignorados. Por un lado, decidí resaltar estos elementos con el uso de los colores, y por el otro, los utilicé para construir una gramática que afectó a toda la muestra.
El juego y la imaginación son dos líneas narrativas en tus creaciones. ¿Cómo encajan estos temas en Trompe-L’oeil?
Creo que juegan un papel muy importante en estas obras. Lo que es interesante para mí de la noción de juego es que se trata de inventar un conjunto de reglas e instrucciones (en un tiempo y espacio determinados) que rigen los comportamientos de cualquiera que decida formar parte de él. Como señaló el historiador holandés Johan Huizinga en su ensayo de 1938 “Homo Ludens”, el juego es una condición primaria y necesaria (aunque no suficiente) de la generación de la cultura: esta lectura podría adoptarse en cada aspecto de la vida humana, desde la religión a la organización social, y creo que encaja muy bien con el proceso de crear y experimentar en el arte. En este caso apliqué una especie de subversión del papel de los ornamentos: los elementos accesorios se convirtieron en fundamentales en mis composiciones. La imaginación, por otro lado, es lo que impulsa mi proceso creativo en general. La mayoría de las veces mis trabajos surgen a partir de visiones que vienen a mi mente, a veces son claras, a veces muy turbias, y luego a través del proceso de trabajo cotidiano se convirtieron en realidades.
El título de la exposición alude a un juego perceptivo. ¿Cuáles son sus intenciones y objetivos como creador de imágenes?
Más que el juego óptico en general, trompe l’oeil se refiere a ese tipo de pintura que crea la ilusión de una tercera dimensión, y que representa paisajes falsos, ventanas, jardines, etc. Tiene una larga tradición; hoy en día es fácil encontrarla como decoración en restaurantes y hoteles de moda. Encontré varios ejemplos de ella en muchos restaurantes alrededor de la galería. En el baño de la misma, por ejemplo, hay una ventana falsa con un acuario, peces y cactus. Quise hacer un trabajo relacionado con la arquitectura y el papel de los ornamentos y la decoración. Así que utilicé algunos de los elementos recurrentes, como los arcos decorados, las columnas talladas, los marcos de puertas y ventanas, los frisos y los balcones, incluso las macetas, para construir la gramática de mi lenguaje. Como el curador de la muestra, Vittorio Parisi, destacó en su introducción, la exposición podría leerse como “Un trompe l’oeil en un sentido figurado: no se supone que debe engañar al ojo del observador –el aspecto casi abstracto de los lienzos lúdicos y coloridos nunca podrían tener éxito en esto– sino engañar nuestra comprensión de los límites comunes entre el arte y la decoración”.
En el caso de las esculturas Wooden Plants, por ejemplo, el truco está en el proceso. Por ejemplo, se crean imágenes de plantas vivas usando madera, materiales sintéticos y el trabajo de diferentes artesanos. En el caso de Apuntalar, que consiste en una columna hecha de otras pequeñas columnas de yeso, el nombre de la pieza sugiere un apoyo, a pesar del hecho de que está hecha de un material muy frágil y colocada en una posición estructural inútil.
“Los colores, que juegan un papel clave en esta muestra, fueron inspirados por mis caminatas diarias alrededor de la colonia Roma y las calles de México en general”
Has realizado exposiciones en todo el mundo. ¿Qué posibilidades estéticas ofrece la Ciudad de México como un territorio real y simbólico en tu producción artística?
México tiene una estética y cultura únicas y audaces, ricas en sorprendentes contrastes. Me sentí constantemente golpeado por información de cualquier tipo. Llegar justo después del terremoto me dio una visión aún más compleja de esta realidad, porque todo estaba relacionado con ese evento. Por ejemplo, los edificios eclécticos de la colonia Roma –que fueron la principal fuente de inspiración para estas obras debido a su diversidad y colores– también me generaron una sensación de fragilidad y vulnerabilidad, yuxtapuestos a los escombros de las construcciones caídas. Me expuse a esta corriente de información como una película expuesta a la luz en el proceso de creación de una fotografía, e intenté capturar el momento y devolver una imagen parcial pero honesta de mi estancia en la Ciudad de México.
from La Tempestad http://ift.tt/2kBJs2G
via IFTTT Fuente: Revista La Tempestad
No hay comentarios:
Publicar un comentario