martes, 12 de diciembre de 2017

‘Lo que importa es la intención’

Gabriel Garzón-Montano, músico estadounidense de origen franco-colombiano, cobró notoriedad cuando Drake sampleó su voz en el tema “Jungle”. El rapero tuvo razón: Garzón-Montano es uno de los cantantes y compositores jóvenes más destacados. Este año presentó Jardín, su álbum debut, cuyo sonido remite a diversas influencias de la música negra. El músico está por cerrar un ciclo: mañana concluirá su gira con un concierto en el foro Departamento de la Ciudad de México. “Es el último concierto del año, tiene un significado especial. Es el último concierto de la gira. Estoy cerrando una puerta”, dijo a La Tempestad en esta charla.

 

¿Qué es lo que encuentras en el camino de la música R&B para desplazarte a través de él?

Lo que yo hago es una mezcla. Tengo canciones que no diría que son R&B, por ejemplo la primera y última canción de Jardín: no hay nada de R&B ahí, en la canción ‘Cantiga’, tampoco. Dentro de las piezas que se podrían considerar de ese género hay elementos que las sacan de la forma pura de dicho estilo. Mi idea siempre fue hacer una mezcla de todo lo que me gusta y la intención fue, por otro lado, no hacer R&B. Creo que en ciertos temas caigo en ese territorio, sobre todo por el manejo de mi voz. Yo diría que lo importante en lo que hago es el lenguaje de la música popular, todo sale de ahí. El R&B es una parte grande de lo que me inspira, eso sí. Es interesante que la gente piense que hago ese tipo de música porque escuchó cierta canción. Entiendo que se trata de una forma de clasificación para poder identificarse en los medios de comunicación. Me gusta ponerme en un lado distinto del mapa en cada canción.

En Jardín hay estímulos diversos, no sólo en el arte del álbum, también en las composiciones. ¿Te gusta pensar en tu obra como una creación multiforme?, ¿la identificas con imágenes o texturas?

La identifico con colores y temperaturas. También con sabores. Por eso menciono frutas –como en ‘Sour Mango’–, porque la idea de morder un durazno, por ejemplo, es fuente de inspiración. Tengo ojos y me encanta mirar las cosas.

Hablando de tus canciones, ¿cuál es el proceso de creación que sigues para componer?

Si me gusta algo, lo aprendo. Esa es una buena regla. Cuando escucho algo que me gusta lo toco en el piano o uso la computadora para conocer su notación musical; hago una transcripción. Ahí tengo un pedazo de música; puedo utilizarlo si quiero. Si escucho una canción que tiene cierta instrumentación digo “ah, esto funciona, esto crea un espacio” y lo escribo. Si estoy leyendo algo y me gusta, lo escribo, también. Así voy formando colecciones de ideas. Tengo puntos para comenzar. Pienso en qué tienen las piezas que llaman mi atención, cuáles son sus ingredientes: batería, bajo, violín, etc. Eso sirve de guía. Poner límites desde el comienzo es una manera muy eficaz de lograr algo –establecer que una canción no llevará bajo, por ejemplo–, también proponerse una estética o, por el contrario, irse por el río para ver qué es lo que se encuentra. Para mí es mejor comenzar este proceso no estando cerca de un instrumento, eso me permite imaginar. No me guío a través de la memoria muscular, de lo que se hace automáticamente. Trato de evitar las tendencias que tengo para intentar no repetirme. Cuando tengo un cierto lapso de tiempo, unos tres, cinco o siete minutos planeados, entonces puedo meter todo lo que yo quiera. Producir es fácil, pero las ideas tienen que ser fuertes. Lo que importa es la intención.

“Mi idea siempre fue hacer una mezcla de todo lo que me gusta y la intención fue, por otro lado, no hacer R&B”

Tu entusiasmo por la composición revela que es un proceso que disfrutas especialmente. ¿Qué hay con respecto a la ejecución en vivo?

Ambas son esenciales. Cuando uno le está dando algo a la gente y ésta lo agradece se crea un intercambio orgásmico. Crear y llegar a una idea que parece interesante, linda o necesaria también es un regalo. Luego de pasarse mucho tiempo encerrado para generar ideas uno siente que le falta el contacto humano. Me gusta cantar para la gente: primero siento miedo y luego es una explosión de energía. Tanto la creación como la ejecución proveen de fuerza a un músico.

Recientemente se ha incluido en muchas listas de lo más destacado el remix de tu canción “Bombo Fabrica”. ¿Cómo músico cuáles son las posibilidades del remix como formato?

Me parece chévere. Imagino cuando se pinta un cuadro: al poner líneas se cierran las posibilidades, con cada movimiento que se hace la cosa va tomando forma. Uno siempre tiene opciones, pero por alguna razón elige una. Si se considera que con la misma melodía uno podría haber hecho diferentes acordes es una oportunidad para que la canción tenga otra vida y que compruebe que esas ideas tienen un gran potencial, que pueden generar un nuevo contexto.

 



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